En el proceso de investigación sobre mollos también llamados illas, Juan Edgar Holguín Ramos (Pallalla, Platería, 1969) hizo, en agosto del 2008, entrevistas a familias aymaras del distrito de Platería, provincia de Puno (Perú). Conversó principalmente con parejas de abuelos, acompañados por uno de los hijos. Parte de la conversación de Juan, fue preparada con Adela Pino Jordán (Callao, 1940), historiadora del arte, interesada en el estudio de los mollos de doble cara, cuyas fotos sirvieron de instrumento para la entrevista. La traducción del aymara al castellano, convertida en texto, se entrega como fuente primaria de información a los interesados y para investigaciones sobre el tema. Adela Pino
Entrevistas:
A propósito de mollos o illas de doble cara*
Febrero, 2009

Se le preguntó a los abuelos si conocían illas o mollos. Ellos dijeron que sus abuelos les habían contado que en este lugar (donde viven los señores ahora) había un pozo regular que ellos llamaban illa y dice que permanentemente ahí desaparecían los animales; se acercaba una ovejita y desaparecía, se acercaba un chancho o cualquier animalito como a tomar agua y simplemente desaparecía. Acordaron, entre tres familias que vivían cerca, porque “demasiado están desapareciendo los animales” decían, cerrar o clausurar el pozo. Vamos a rellenar con cascajo dijeron, ellos le llaman a montones de piedra “chajjwa”, una “chajjwa” equivale como a una volquetada. Rellenaron con tres montones de “chajjwa” (es como si estuviéramos hablando de tres volquetadas de piedra o cascajo) para evitar la pérdida de sus animales. También mencionó que en ese lugar aún existe una piedra en forma de una oveja que ellos le llaman illa también, a la que hasta ahora le tienen temor para poder alzar, a pesar que los vecinos que estaban haciendo muro, por desconocimiento, alzaron y las personas que estuvieron allí dijeron “esa piedra no la toquen” porque les pueden traer perjuicios, algo así.

Se les preguntó la diferencia entre illas y mollos. Ellos dijeron que el mollo es aquel que lo pueden tener ellos, guardarlo, manejarlo, en festividades, se puede llevar; en cambio la otra, que le llaman illa, son fijos, no se pueden mover, pueden hacer festividades solo en ese lugar mismo pero no lo pueden llevar a ningún otro sitio. También dijo el abuelo que de ese pozo, le habían contado, que salía el “llaullaco”. Le pregunté qué era el "llaullaco" y dijo que es la vaca o el toro que salía de ese lugar para poder cruzar a otros ganados que estaban cerca, por allí. Contó que la familia de un tal Toribio llegó a criar ese animal. También mencionó que la forma que le habían contado para poder obtener ese animal una vez que salga del lugar (el pozo), el llamado illa, para que no retornara tapaban con una manta negra el pozo, cuando “llaullaco” retornaba para desaparecer simplemente, ya no podía, se quedaba y lo podían lacear y luego criarlo. Eso es lo que mencionó el abuelo. Mencionó también que de ese pozo no solamente salía un solo animal sino podían salir varios animales y de ahí podían cogerlo.

Se le mostró las fotos de los mollos, ellos miraron y dijeron que cada uno tenía su festividad y esto tenía que celebrarse bien a lo grande, con toda fe. El preparativo que más o menos les habían dicho, o ellos todavía hacían, era que tenían que preparar como una “mesa” en una “uncuña” (una mantita, como una frazada pequeñita) que es de color rojo, allí es donde preparaban, con coca, como una “mesa” de tal manera que una vez preparada o terminada, al mollo lo ponían encima, lo amarraban con serpentina, mistura, con todo [según la costumbre] --no menciona el detalle, paso por paso--, pero dice que lo pasaban con vino, lo sahumaban, con todo eso. Es lo que se hacía con estos mollos. También dice que para hacer la nueva casa, o un nuevo caserío, o donde van a vivir, igual se hacía como un pago --seguramente porque también en los mollos vemos unas casitas, era para eso--; ellos mencionan que le decían el "c'orecimiento", como decir la cimentación de oro, nuestro nido. También mencionaron que se hacía con los mollos una fiesta muy familiar en carnavales, bailaban, tomaban o su chicha o su trago, lo que se preparaban, pero era como una familia con bastante fe, no como hoy en día que se toman otros tragos y comienzan a pelearse, más antes no era así.

También se le preguntó quién debería tener los mollos o a quién se le daba los mollos cuando ya los padres tendrían que decidir a cual de sus hijos darle. Ellos mencionaron que estos mollos daban al hijo que tenía fe al mollo, esto dicen también que lo tenía el más vivo --dan a entender que el más vivo es el hijo que va a responder en la familia--. El abuelo dice que él tiene una illa y que su padre le había dicho “hijo esto ten con bastante fe y no te olvides de hacer la ceremonia” pero él, al pasar el tiempo, dice que ya se ha ido olvidando y ahí lo tiene aún guardado pero ya no lo está practicando hoy en día. Le insistí preguntando pero por qué él lo tendría o quiénes tendrían que tener. Ellos dijeron el más vivo o el que es capaz de seguir la tradición pero él no la ha seguido. Le pregunté pero por qué él lo tenía y si él era el hijo mayor y dijo que sí que él era el hijo mayor. Sacando conclusión parece que sí, que siempre estos mollos daban al hijo mayor preferentemente; porque ellos en todo momento dicen que el hijo mayor representa al padre o es como el padre de los hijos menores, que a él hay que respetarlo dicen.

También se le preguntó por qué habían mollos de distintos colores, negros, medio blancos, medio color manteca; también si estos o algunos mollos eran para hacer el mal o daño o la parte de atrás del mollo para qué era. Ellos dijeron que estos mollos no eran para hacer el mal, simplemente eran unos rituales para tener, no es nada de daño a nadie. Y la figura del reverso del mollo podían ser unos santos --a los albuelos y achachilas les tienen el mismo respeto que los santos católicos-- a los que ellos podían tener fe también, tampoco no es nada de daño.

Saliendo del tema comentó también de la alimentación que no existía tanto el arroz, fideo u otros, que lo que se alimentaban era de la zona misma. Dijo que lo que se preparaba para las festividades o en ocasiones especiales o ritos era la “c'usa” que viene a ser la chicha que preparaban de quinua u otros. También se refirió que cada año mataban un promedio de 5 a 6 chanchos, lo cocinaban y luego hacían chicharrón y guardaban cocido ya para todo el año. Se preguntó en qué guardaban. Mencionaron que en unas fuentes hechas de barro que eran grandes y también colgaban en cueros de oveja que estaban hechos como bolsas y de ahí es sacaban poco a poco.

También contó más o menos de su mamá. Dicen que les habían contado que había unos años secos y que como ellos vivían cerca del lago, iban a traer eso que le decimos “lak’o” es como alga que flota en el lago; lo recogían, hacían secar, molían y convertían en harina, entonces hacían la sopa y también mencionó que cocinaban la "sak'a" --raiz de la totora--como si fuera oca; recogían las raíces, las sacaban y sancochaban como tubérculos. Más bien ella llegó a comer en época seca, los cueros de oveja que su mamá cocinaba; lo pelaban, hacían un proceso y en vez de carne ponían eso. También mencionó que no habían escuelas, sino había como locales grandes para poder enseñar, para tener su educación; pero, dijo también que a las mujeres casi no se les permitía educar, más la enviaban a pastear chancho, oveja, o se dedicaba al ganado, decían que entre los varones no más deberían estudiar; eso es lo que le había comentado su mamá. La abuela no llegó a ir a la escuela dice. Eso es lo que nos ha podido informar. La abuela ya pasa los 90 años, ya está por llegar a 100 y el abuelo es menor, creo que es 15 años menor. La abuela nos ha recomendado que vayamos donde sus vecinos que tienen un poco más de edad,  pasan los 100. Vamos a ver si los ubicamos. Con esto termina la entrevista a esta familia.

Llegamos donde otra familia en precisos momentos en que estaban pasando su fiambre. Su fiambre está siempre en una uncuña colorida y también habían estado tejiendo frazadas porque ella dijo que era muy experta en hacerlas con figuras. Antes de preguntarle de mollos o illas, conversamos un rato sobre la alimentación porque no podía preguntar de frente. Ella nos indica que desde muy pequeños comenzaron a comer siempre los alimentos de la zona, que vienen a ser la “jucha”, mazamorras que se preparan de quinua o trigo o cebada, también nos menciona que no consumían azúcar desde muy pequeños, hoy en día ya no es así. Le pregunté entonces si no vendían azúcar ni sal, de dónde sacaban; ella menciona que cerca de ese lugar hay un pozo, como un ojo de agua, que sale agua bien salada, de allí es donde jalaban en “tachos” (son una vasijas hechas de barro) y allí tenían en la casa y eso le iban agregando a su comida. Les invité una gaseosa y me dijeron que hoy en día ya comen todo lo que son descartables. Para más confianza, les conté que el consumo en la ciudad es: en la mañana toman su café con pan y que a veces inclusive el café lo preparan en una máquina, ya sale casi listo, así como se consume el pan, o panqueque ya preparado por las máquinas, que puede ser más delicioso pero no nutritivo; eso le comentaba a los señores y ellos dicen que ellos siempre comen la comida de su lugar. También le comenté que más se está tecnificando en el pasar de los tiempos, le dije que existen secadores de mano, así como secadores de cabello, todo eso, pero también comentamos que nos estamos olvidando de nuestras costumbres, porque inclusive hoy en día hay algunas personas que no conocen el proceso del chuño, tunta, porque por ejemplo si decimos a un limeño que el chuño, tunta, producimos a 5000 y tantos pueden llegar a creer y entonces los abuelos se matan de risa.

Ahora, con más confianza, vamos a tratar sobre qué conocen de mollos o Illas. Dicen que estos mollos tenían la gente para que se multiplicara el ganado, tenían bastante fe y así  levantaban una “mesa” en una uncuña preparada con la coca, con todo. Se le preguntó también cómo era la uncuña,  mencionó que era de color y también había de vicuña y también había de alpaca, que eran como especial preparada para esa ocasión. Dicen que estos mollos los tenían bien cuidados, bien guardado y bien querido. Lo utilizaban en las épocas de carnavales, agosto, navidad, y también menciona que más o menos hasta 1930 eran como bien sagrado y hasta 1960 todavía lo tenían como bien respetado. Desde esa fecha comenzó a perderse esa costumbre, la gente se ha ido olvidando.

Le pregunté que qué significaba la figura del reverso del mollo. Dijo que él no tenía conocimiento porque podía mentir diciendo que sabía qué significaba la parte del espaldar y también le pregunté qué significaba los colores del mollo y tampoco tenía un conocimiento puesto que no había preguntado y por eso es que no sabe qué significaban los colores. Nos menciona también que él ya no lo pone en práctica. Le pregunté cómo heredaban estos mollos. Menciona que éstos heredaban los que tenían un corazón grande hacia ese mollo; más o menos hace entender que al que tenía bastante fe o al que le gustaría tener ese mollo. También le pregunté si no era el hijo mayor. Dijo que podría ser el hijo mayor pero si no tiene un corazón hacia ese mollo simplemente no heredaba, lo hacía el que tendría que tener bastante fe a ese mollo. Le pregunté cuándo se lo entregaba, menciona que cuando el padre estaba a punto de morir, en ese momento podrían haber heredado; o también solamente el padre ya está por morir y le dejaba a la señora; la señora estaba a punto de morir, entonces llegaban a sacar ese mollo; si el hijo mayor tendría bastante corazón a eso o los que tienen bastante corazón hacia el ese mollo no importa que sea el menor, más o menos menciona. Le pregunté también quién hacía esos mollos. Nos dice que la gente que venía del lado de Huancané eran los que traían ya hechos y también menciona que su abuelo lo hacía del cebo del pecho del chancho; amasaban como si fuera barro formando el mollo, tomando sus figuritas, con todo lo que tiene el mollo y con el pasar del tiempo dice que ya se convierte en piedra, que uno de sus hermanos todavía lo tiene nos cuenta, lo tiene bien guardado --pero no me lo mostró--. Dice que estos mollos tenían guardado juntamente con la bala del rayo; o sea cuando cae el rayo deja un pequeño metal, que le llaman illa o bala, junto con eso lo tiene bien guardado, menciona que ese mollo lo tenían para que le protegiera de las personas que le odian digamos, también dice que estos mollos les protegían del mal que le hacía otras personas, dice que si es que tenían bastante odio o mucho se abusaban de ellos, la persona que tenía el mollo simplemente se quejaba al mollo para que éste lo defendiera de las personas que le odian. Nos menciona que ese cebo de chancho se llama “into sin sal”, así le conocen con ese nombre, y también era de acuerdo a las costumbres o de lo que en la zona se acostumbraba; por ejemplo, hay partes que crían bastante oveja, hay zonas que crían bastante vacuno, hay otros que tenían chacra, eran diferentes, no todo era igual, eran diferentes costumbres, era de acuerdo a lo que se desempeñaban en el campo.

Le pregunté qué se consumía en época de lluvia cuando se acabaron las reservas del año. Mencionaron varios tipos de alimento. Hay una plantas que se llama “sik'e”, que existe tres tipos de “sik'e”; uno es como la espina de lagarto, uno es normal y el otro que florece amarillo, dice que son muy ricas; también menciona que se comían el “karwito” [un fruto], que es como también le decimos a la llamita, pero el fruto tiene la formita de balsa y crece en los cerros; eso es lo que menciona, eso es lo que se consumía en tiempo de sequía; y también el “llaytha” le dicen, en el río o cuando comienza a llover aparece como especie de chuños, nosotros le decimos el “cochayuyo”. Eso es lo que se consumía.

Cuenta también que se sacrificaba las ovejas o vacas en espíritu --la fecha de la celebración de espíritu santo--, en el mes de mayo o junio, para poder hacer chalona para que seque mejor seguramente, a partir del 28 dice que también degollaban el chancho. Entonces, parece que tenían sus épocas para poder sacrificar a sus animales. Eso es lo que comenta.

NOTA:

* La grabación de las entrevistas, en aymara y castellano, se encuentra en la biblioteca de La Casa del Corregidor (Puno, Perú).

* Las voces aymaras están escritas tal como suenan; es decir, en el sonido castellano de un aymara hablante.
Adela Pino

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Nombre: JUAN LUIS CÁCERES MONROY
Fecha: Miércoles, 04 de Marzo de 2009 10:08 p.m.
E-mail: juanlcm@yahoo.es
Comentarios:

Muy interesante el artículo respecto a la Illa. Yo tengo otras informaciones al respecto, pues muchos llaman así al lugar donde la reproducción de determinada especie de ganado es extraordinaria. En realidad, esta palabra es la divinización de la fertilidad. Ésta es propiciatoria para la perpetuación de la especie. Sería muy bonito conversar sobre esta concepción. Tiene mucho que ver con la historia de la creación del mundo por Illa Tiksi Wiraqocha. Observese la forma cómo inicia el nombre del creador de la vida.


 

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