Oscar Bueno Ramírez

 

Es un gusto presentar uno de los trabajos de Oscar Bueno Ramírez, puneño amante de la cultura andina lo que expresa a través de sus investigaciones en torno a sus expresiones propias como son la danza, la música y todo lo que tiene que ver con ello. Lo valioso de sus aportes radica en que, como pocos, hace su análisis e interpretación sobre la base de criterios propios de la cultura, lo que lo aproxima más al sentido cultural de los pobladores que ejecutan la música y la danza en comunión con su visión del mundo y concepción de la vida.

En su Trascendencia del Siku. Una interpretación etnomusicológica, nos lleva a entender el trayecto recorrido por el siku desde sus posibles orígenes hasta nuestros días, su presencia inmutable a través del tiempo y su vigencia como forma de expresión cultural. La versión que se entrega, es una edición corregida y aumentada de la que hiciera en agosto del 2009 la Empresa de Generación Eléctrica San Gabán S.A. y su propósito, además de aumentar la cobertura de su difusión, es conocer y reconocer el trabajo incansable de este esforzado investigador puneño.

¡¡¡Gracias Oscar!!!


Del autor

Desde pequeño tuvo inclinación por la música, de allí que se orientó a su estudio en la Escuela Superior de Música de Arequipa “Luis Dunker Lavalle”. Posteriormente hizo estudios de Derecho en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, pero su amor por la música andina lo encaminó a estudiar etnomusicología. Luego fue profesor de la Escuela de Música y de la Universidad San Agustín, en Arequipa.

Se licenció en Antropología, especializándose en Antropología cultural en la Universidad Nacional del Altiplano. Ha realizado diversas investigaciones en torno al Siku y la danza, habiendo elaborado una teoría en base a la danza tradicional. Ha sido el iniciador del movimiento que puso en valor el sikuri y es su principal promotor. En la actualidad dedica toda su energía y tiempo a la investigación.


Otros trabajos del autor

Ha publicado:
Teoría y codificación de la danza.

— Estudio etnocoreológico de la máscara. En: Virgen de la Candelaria: Aproximaciones científicas a su dinámica festiva. Puno, Perú: UNA - Oficina Universitaria de Investigación, Enero 2009. 133pp/pp 103-121

Coautor:
— Danzas mestizas (Festividad Virgen de la Candelaria), febrero 2005.

danzas mestizas

— Etnodanzas, febrero 2005.

danzas mestizas

Por publicar:
— Teoría de la danza.


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Nombre:
 Henry Ticona Huaquisto
Fecha: 31 de Julio de 2010 10:44  a.m.
e-mail:
 henryticon@hotmail.com
Comentario:
Sobre el artículo "TRASCENDENCIA DE SIKU", muchas felicitaciones por tal trabajo, para mi como peruano y puneño es un orgullo ver que hacen un trabajo serio. Agredecerles por la información estoy estudiando cine de animación en Buenos Aires, y estaba buscando temas al respecto para no improvisar en mis futuros trabajos.


En el "viernes cultural" del 21 de mayo (2010) del Instituto Americano de Arte. Puno, Perú

Sikuri

Comentario de Ana María Pino Jordán:

IAA, 21 de mayo

El trabajo de don Oscar nos aproxima al conocimiento del siku, desde sus posibles orígenes hasta nuestros días y nos permite entender su vigencia. Luego de revisarlo, el lector queda convencido que los esfuerzos por preservar esta vigencia y enriquecerla, serán siempre recompensados por las futuras generaciones.

Me extendería mucho y le quitaría el interés primero, y el gusto después, que puedan tener ustedes para revisar este interesante trabajo si hago un relato de él o les cuento todo su contenido, así que sólo diré que se los recomiendo y que si quieren verlo rápido lo pueden encontrar también en el portal de la Casa del Corregidor o escribiendo Oscar Bueno Ramírez, con mayúscula o con minúscula, en la ventana de búsqueda de google. Señalaré más bien que comparto plenamente las conclusiones del trabajo.

Son varios los elementos valiosos en este trabajo, como por ejemplo el que sea una investigación que se ha ido madurando con el tiempo en una búsqueda consecuente de la que soy testigo. Pero, en esta oportunidad quiero resaltar dos de estos elementos que me parecen meritorios en una investigación académica.

El primero es que para la interpretación de la trascendencia del siku, el trabajo de don Oscar ha sido multidisciplinario e interdisciplinario, primer paso para construir los puentes interculturales. Su búsqueda ha recorrido caminos de la historia y en ellos ha tocado, entre otras, las puertas de la antropología ya que el siku es un instrumento creado por un pueblo y significado culturalmente en su función y cosmovisión; de la arqueología, pues ha seguido el rastro de la antara y del siku desde Chilca, Caral y otros sitios de la antigüedad peruana (más o menos desde hace 7000 años); de la sociología, porque el siku para su ejecución es un aglutinante de voluntades y expresión también de estatus social; para interpretar su lenguaje simbólico e iconográfico ha tenido que recoger aportes de la semiótica, tanto en su construcción como en su expresión musical; incluso elementos filosóficos y religiosos, sin dejar de lado los aspectos técnicos de la música y la danza; más aún, cruzando sus barreras, conversa con campos novedosos de la investigación como la sinestesia que es la traducción del color en sonido. De allí que como investigación, el trabajo resulte muy enriquecedor para continuar investigando.

El segundo aspecto resaltante de este trabajo es que resulta un excelente ejemplo de cómo el investigador puede dejarse interpelar por un conjunto de criterios y categorías conceptuales que corresponden a una matriz cultural no occidental, logrando una aproximación mayor entre lo estudiado y su contexto y entorno cultural originario, en este caso el “andino”. No sé si don Oscar se lo propuso así o su búsqueda lo fue conduciendo a través de una categorización conceptual alternativa, que además de representar la idea, le da sentido y vida, y que le proveía de respuestas que no conseguía a satisfacción con el bagaje de conceptos académicos antropocéntricos que comúnmente se ha utilizado en este tipo de investigación.

Así por ejemplo, está presente en su interpretación, la concepción holística propia de la cultura andina, cuando le da una función de enlace ritual relacional a la ejecución del instrumento y el sonido que produce con “otros seres” que viven en los otros mundos que conforman “la pacha” en momentos como los solsticios o los periodos de tránsito trascendentes, como la muerte. La dualidad, expresión real y cotidiana de lo holístico, resultante de su sentido de vida, está plenamente configurada en el siku, en todas sus formas, ya sea a través de la complementaridad, la reciprocidad, la correspondencia; como lo señala en una de sus conclusiones, la forma más clara de verlo es cuando se ubica al siku como un instrumento femenino pero con dos partes, una hembra y otra macho; y así como éstas, podemos percibir como se presenta la lógica de oposición complementaria o la noción de “sujeto colectivo” en el sikuri, en fin; como diría Raimon Panikkar, expresa “el sentido de bien, belleza y orden” de la cultura andina que es a donde pertenece lo que se ha interpretado.

Para mí, ese es el valor del trabajo de don Oscar. Creo que la investigación y la intelectualidad  puneña, de la región sur andina, tiene la gran responsabilidad de producir conocimientos más cercanos a nuestra realidad, a lo que somos y a lo que sentimos; en esa perspectiva tiene el arduo trabajo de relativizar lo que aprendió con criterios de otra cultura, verlos con otros ojos y volver a aprender con herramientas que nos permitan respuestas más próximas a lo nuestro. Al estar más próximos a lo que somos, estaremos más acertados en la decisión de lo que queremos y necesitamos para lograr nuestra realización como humanidad.

Finalmente, voy a aprovechar esta presentación para mencionar un aspecto recurrente, sobretodo en las últimas publicaciones que tengo oportunidad de revisar por mi trabajo en la biblioteca. Es el cuidado de la edición. Muchos dirán, bueno pero eso es secundario, el contenido es el que importa y es una apreciación acertada; el problema es cuando hay puntuación o “errores de dedo” que le cambian el sentido a lo que el autor quiso decir, con las consecuencias que eso trae para el lector y también para el autor. Los entendidos señalan que el trabajo de edición encarece una publicación y le pasan el cuidado de edición al autor. Sea como fuere, creo que es un aspecto que se debe cuidar porque lo escrito y publicado, escrito y publicado queda; es la cara y trascendencia del autor y del editor.

Instituto Americano de Arte


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Biblioteca de la Casa del Corregidor. Puno, Perú
Código de registro: 004178
Ficha:
BUENO RAMÍREZ, Oscar. Trascendencia del Siku. Una interpretación etnomusicológica. 2da. Edición revisada del mismo título. 1ra. Ed. Publicada por la Empresa de Generación Eléctrica San Gabán S.A. en Agosto 2009. 35pp.
 

 

TRASCENDENCIA DEL SIKU
Una interpretación etnomusicológica


Oscar Bueno Ramírez
Abril, 2010

 


La arqueomusicología y la etnomusicología en el Perú están avanzando de la mano y a pasos agigantados, debido a que se están encontrando evidencias de que altas culturas han evolucionado de manera original en esta parte de América.

El hallazgo de Caral ha permitido ubicar en épocas más tempranas el surgimiento de la civilización en el Perú, remontándose a los 5,000 años1; hecho que ayuda a entender paso a paso, el progreso de la música en un contexto que tiene como base la comprensión de la naturaleza. La cantidad de flautas traversas halladas, admiten la organización de los músicos en conjuntos orquestales y el buen conocimiento de la orgalonogía en materia de aerófonos. Aparecen las flautas de pan confeccionadas en hueso y otros materiales orgánicos y simultáneamente se va entendiendo el concepto de sistema tonal y de afinación.

Posteriormente, en Chavín, se sabe del uso de trompetas de caracol, con fines religiosos, a la vez que se inicia la transmisión de esos conocimientos en un lenguaje simbólico; en Moche se desdobla la escala en dos partes y aparece la técnica del diálogo musical con varios fines: la ejecución más fuerte, la especialización en cada una y la concepción mística del arte; los Paracas y Nazca hacen sus instrumentos de cerámica y conforman bandas acompañadas con percusión; esto permite ver que hay un continuum cultural y que no son culturas aisladas las que desembocan en la cultura Inca y que prosigue hasta nuestros días. Dada la complejidad a la que llega a alcanzar, aún no se la llega a comprender en su real dimensión y recién se está desarrollando metodologías para ello.

De esa herencia se nutre nuestra música tradicional, manifiesta en festividades tradicionales, cívicas y patronales, como parte del calendario ritual-agropecuario en las que se puede apreciar la ejecución del siku en variados conjuntos, tamaños y con diversos fines, determinados por la necesidad de expresarse simbólicamente, lenguaje que hasta hoy es desconocido pero cargado de gran información; este tema motiva un enfoque antropológico que ayudará a saber algo más de este instrumento declarado Patrimonio Cultural de la Nación.

REFERENCIA HISTÓRICA
Los nombres siku en aymara, phusa en quechua no tienen
Fig. 01
Fig. 1: Proceso evolutivo de las flautas de pan peruanas
traducción al español, pero por semejanza morfológica, se le dice zampoña en español y es el instrumento musical de uso dual colectivo. Se le ubica y reconoce con el nombre genérico de flauta de pan; cuya antecesora más antigua es una antara de uso solista que data de 7,000 años hallado en Chilca, Lima (Bolaños, 1988a: 11). En el desarrollo de la civilización andina se le encuentra en Paracas, Nazca, Moche, Chimú e Inca, (D’Harcourt, 1990; Bolaños, 1988b; Valencia, 1989, 2006). Las hacían de hueso, cerámica, piedra, oro, plata, etc.

La arqueo-musicología ha proporcionado material para el estudio del siku pre-hispánico y cada día se van encontrando más piezas. Entre los estudios que destacan está aquel realizado por César Bolaños2, quien bosqueja el proceso evolutivo de las flautas de pan andinas tal como se muestra en la Fig. 1.

LA ANTARA MOCHE
Por los años 200 d.C. en la costa norte del Perú se desarrolla una gran sociedad denominada Moche, que se caracteriza por la construcción de grandes templos en forma de pirámide trunca, construida con miles de pequeños adobes, con murales donde hay escenas de dioses aterradores y vencidos que desnudos caminan hacia el sacrificio.

Fig. 02
Fig. 2: Trompeta Moche

La cerámica tuvo gran desarrollo. Tuvieron una iconografía presentativa y no representativa. En ella presentaban escenas de la vida real, su color fue el rojo. En la iconografía de un ceramio se muestra fehacientemente la técnica del diálogo musical, porque, en la representación, se observa a dos “antaristas” unidos por una cuerda. A estas flautas de pan se las asocia con los muertos pues se ve a esqueletos tocando las antaras; habría que recordar que ellos pintaron escenas realistas por eso que es difícil que hayan visto a los muertos haciendo música; de allí que me inclino a creer, sobre la base de lo mostrado en su iconografía, que se trataría de un castigo a los vencidos en la guerra. Se observa a unos personajes con los labios cercenados soplando antaras; a otros con párpados cercenados y abundantes lágrimas y otros con aspecto esquelético probablemente por falta de alimento.3

Los Moche habían evolucionado al incluir en el conjunto orquestal a las trompetas, lo que les dio resultados tímbricos que ahora se han olvidado; a pesar que los efectos de estos instrumentos son diferentes al de los sikus, se les debería incluir en los sikuris actuales para enriquecerlos, previa afinación y en número de cuatro instrumentos por conjunto, siguiendo la lógica andina de bipartición o cuatripartición.

LA ANTARA NAZCA
En la cronología de la civilización andina, Nazca data 400 d. C. Prospera en la costa central del Perú actual y es conocida por sus geoglifos de grandes dimensiones en la pampa del Ingenio y en Palpa. Fueron descubiertos cuando los primeros aviones sobrevolaron esa zona.

Fig. 03
Fig. 3: Antaras Nazca

Otro campo que desarrollaron, fue la fabricación de flautas de pan en cerámica. César Bolaños4 trata ampliamente este tema y manifiesta que recibieron, como herencia musical de los Paracas, antaras con tubos de tres diámetros. Los Nazca la habrían convertido en un aerófono popular, por eso que se han encontrado bastantes ejemplares, con embocadura ojival, con tubos de un solo diámetro, estaban quebrados a propósito y conformando el ajuar funerario de las momias.

La propuesta de Valencia (2006; 76) de que los sikuris Nazca recorrían las figuras de la pampa ejecutando sus antaras, podría ser cierta, considerando que cada figura está hecha de un solo trazo y cada una de ellas es un signo que contiene una idea y que en conjunto van formando un inmenso mensaje a los dioses.

La antara 1126 color negro con franja crema, de 13 tubos, con una longitud de 445 mm y 205 mm de ancho, encontrada por Julio C. Tello (1927), presenta las siguientes características:

Tubo

Medida en Cents.

Frecuencia en Hz.

Intervalo* en Tonos Nazca

1 (Deteriorado) -- --
2 La#3+40 238.5 (2 ½)
3 Re#4 -20 307.5 2 1/2
4 Sol4 -30 385.5 2 1/2
5 La4 +30 447.6 1 1/2
6 Si4 +30 502.5 1 1/2
7 Do#5 +10 558 1
8 Re#5 -10 619 1
9 Fa5 -40 683.5 1
10 Sol5 +30 797 1
11 Sol#5 +30 845 1/2
12 La#5 +20 943 1
13 (Deteriorado) --  
* Intervalo con la frecuencia del siguiente tubo.



Del análisis de este cuadro se llega a la conclusión que:
1. Los tres sonidos graves no tienen una secuencia escalística, sino tienen una progresión de dos tonos y medio. Es probable que sirviera para acentuar los tiempos fuertes de la melodía, lo que sería un gran avance armónico y conocimiento de las funciones de cada grado de la escala. Antara 1126
Fig. 4: Antara 1126
2. En el quinto y sexto tubo hay una progresión de tono y medio en su escala.
3. Del sétimo al décimo tubo, avanza por tonos Nazca.
4. El tubo once tiene medio tono Nazca.
5. Y entre el tubo once y el doce hay un tono.
6. Aquí se aprecia que sabían determinar su sistema tonal, de manera similar a un espiral logarítmico .
7. Del análisis de los intervalos acústicos se puede decir que su sistema tonal estaba controlado por ; en otras palabras, que la octava la dividían en dieciséis semitonos; que difiere del sistema temperado que tiene como base porque dividen la octava en doce semitonos.
8. Lo anterior determina que los bajos no tocaban la melodía, sino que acentuaban los tiempos fuertes, técnica muy adelantada para su época.

ANTARAS DE PIEDRA
Recordemos que se ha encontrado flautas de pan en W o doble escalera convergente, los esposos D’Harcourt5, a principios del siglo pasado, hicieron un trabajo que incluía a estos instrumentos, nos muestra una antara con orificios laterales en los tubos de la cara anterior, que modifican los sonidos:
“Zampoña de piedra (pizarra de talco). Altura: 13.5 cm., ancho: 16 cm. Escala según Minutoli: perforaciones cerradas) mi4, fa#3, sol3, la3, re4, do#4, fa4, la4; (perforaciones abiertas) mi4, sol4, re4, la4. (Molde del American Museum of Natural History, New York).”

Antara de piedra
Fig. 5: Antara de piedra

Este es el siku desarrollado por los Incas6 (1470 d.C.) es de color negro, lo que significa primero, que era sagrado (lo trataré más adelante); segundo, la forma es en doble escalera convergente; tercero los signos que lleva son: las espirales, el signo escalonado, el signo trapezoidal y las aspas; cabe la posibilidad que esta pareja esté constituida por macho y hembra que se ensamblaban en la base, determinando ser complementarias, sólo que se han encontrado muy pocas. En cuanto a la estructura tonal de este instrumento la información es paupérrima y lo poco que se dice, estaría errado pues los sonidos andinos no coinciden con el sistema temperado occidental.

Fig. 06
Fig. 6: Antara de caña de Pampas del Huevo, Arequipa

En el ocaso de los Incas se continuó ejecutando el chaka siku, en caña, de doble fila con tubos abiertos en el extremo distal, y, de acuerdo a los registros arqueológicos, en lugares alejados de la capital imperial como en Arequipa, en las pampas del Huevo.

Durante la colonia, esta flauta continuó evolucionando, debido a que los curas traen el órgano a las iglesias que tenía mucha similitud morfológica con el siku y al escucharlo los músicos tradicionales asimilan primero el sistema tonal temperado y después el concepto de polifonía; el sikuri como nuevo conjunto orquestal y su nueva estructura, se basa en terceras, cuartas y quintas paralelas dentro de la octava, lo que se mantiene hasta hoy.

Fig. 07

Fig. 7: Gráfico de los intervalos del sikuri actual



MATERIAL PARA LA CONFECCIÓN DE SIKUS
Estos instrumentos de material orgánico, tienen la desventaja de que se deterioran con el tiempo, por eso que no hay sikus de épocas tempranas. La caña crece en la región de la selva alta, ceja de selva o yunga, estas zonas están comprendidas en los valles de San Gabán y Tambopata, en las provincias de Carabaya y Sandia del Departamento de Puno, respectivamente. La explotación de estos productos se ha realizado desde épocas pre inca, lo que se puede evidenciar por la presencia de gran cantidad de centros arqueológicos en la ruta, que dejaron topónimos como Uruwasi en la zona de extracción, posiblemente fueron los uros quienes se encargaban de estas labores7.

Fig. 8 Fig. 9
Fig. 8: La caña en su estado natural y su secado

Los que explotan estos productos, en la actualidad, son expertos, entre ellos destacan la familia Quilla, quienes previo denuncio ante el INRENA, especifican el sitio exacto donde van a extraer la caña.

La planta es una graminácea que pertenece a la tribu de las bambuzoideas, se le conoce con diferentes nombres. En Uruwasi, los lugareños nos dieron el nombre de ch’ullco a la caña delgada y amarilla y pipo a la gruesa y verde.
“Se la encuentra… en las cumbres de los cerros en zonas húmedas o circundantes a los manantiales, razón por la cual muchas de ellas contienen agua en el tallo; éste llega a tener más o menos 10 metros de largo, encorvándose por su propio peso, es por eso que algunos tubos están curvados; en la base del tallo tiene un diámetro de 22 mm y hasta 6 mm en el extremo. Los tubos no exceden los 65 cm de largo llevando panojas (en cada nudo)…”8

MORFOLOGÍA DEL SIKU
La escala diatónica de trece sonidos de esta flauta de pan está fraccionada en dos partes, una de seis tubos en el ira (macho) y otra de siete, en la arka (hembra). Ambas conforman el siku básico y tradicional empleado por la mayoría de los sikuris. Tiene relación con los ángulos del signo escalonado y con los bicolores tradicionales que identifican al varón, rojo y azul, y a la mujer, rojo y verde.
Fig. 10 Fig. 11
Fig. 12
Fig. 9: Los colores de macho - hembra y el qenqo, base para el siku

Limonchi9, fundamenta los sikus de siete y ocho tubos que se logra al prolongar su escala en los bajos, que son usados por los ayarachis, sikuris de Takili y sikuris aymaras:
“La investigadora María Scholten relacionó la arquitectura de los pueblos antiguos con la  matemática y la astronomía, encontrando en sus estudios la constante relación entre los números siete y ocho que surgían de la revisión de las medidas de monumentos y obras de arte americano… otra monumental edificación antigua, en donde se representa el empleo de la relación entre siete y ocho como pauta constructiva, es el famoso templo de Kalasasaya (‘piedras paradas’ en aymara)…” (Limonchi, 2007; 140, 141)

Lo que todavía no está muy claro, es la funcionalidad de la escala de la yuphana o rondadora, instrumento que evolucionó paralelamente al siku, que está intercalada por tubos graves, y la razón por la que
Yupana o rondadora
Fig. 10: Yupana o rondadora
organizaron de esta manera, tradición que se mantiene desde las antaras de piedra hasta hoy. El término yupay en quechua significa contar, es posible que este instrumento sirva para contar pero no en un sistema decimal; apreciemos su semejanza con la antara de piedra Inca (Fig. 5).

La yupana tiene hoy una escala pentátónica temperada: Fa, La, Si, Do, Mi, en la cual se refuerzan los sonidos impares, en este caso tiene una escala de Fa menor que es tomada en base a la estructura de la antara de piedra, pero no se puede certificar porque los datos de esta pieza del American Museum of Natural History de New York, es un molde (copia) y los sonidos no son precisos.

La serie tonal del instrumento analizado es una escala pentatónica intercalada por sonidos graves y su orientación debe considerarse de derecha a izquierda y de abajo hacia arriba10, es la siguiente:

El ejemplo da una serie en base a cinco dígitos que corresponden a los grados de la escala pentáfona andina; inicia la serie el cuarto grado, falta el quinto grado (Mi). Resalta la inclusión de un tubo a intervalo de una octava baja; en el cuarto grado (Do), la “Tónica o Centro Tonal” (Fa), el tercer grado, (Sib),  el quinto grado (Mi) y el segundo grado (La). Numeración que no se sabe cómo servía para contar, reto que deben afrontar los etnomatemáticos.

EL AYARACHI EN TIAHUANACO
Tiahuanaco, una de las sociedades prehispánicas que ha abarcado gran parte del territorio altiplánico durante el horizonte medio (600 a 1200 d.C.); se ha caracterizado por su iconografía que presenta a unos personajes que flanquean al icono principal en la portada del sol. Los ayarachis de Paratía tienen semejanza a dichos personajes, llevan una montera con plumas, tienen una capa semejando unas alas, la cinta ancha que cae en la espalda con espejos, algunos tienen picos de cóndor como lo manifiesta Luna11.

Personajes de la portada del Sol

Fig. 11: Personajes de la Portada del Sol

Tres etnias tendrían relación con los íconos presentadas en este monolito, los Qollas (ayarachi), los Lupakas (chiriwano) y los Uros (lakitas) que son los que ejecutan el siku hasta nuestros días. Se los alude solamente como grupos étnicos identificados por el cetro: a los Lupaka por el cetro de peces y la cabeza de cóndor; a los Uros por cetro de peces, a los Qollas por el cetro de cóndores; todos están llorando, por algún acontecimiento grave, a la vez que tienen un reverente saludo similar a los actuales  ayarachis de Paratía.

Ayarachis

Fig. 12: Personaje de la Portada del Sol y Ayarachis


LOS SIKURIS EN PUNO
A principios de la década del setenta, habían conjuntos tradicionales como los ayarachis de Sandia y Paratía, los chiriwanos de Yunguyo y Huancané y entre los sikuris, destacaban Qeni Sankayo y Qantati ururi de Conima; los cuales no llegaban a la ciudad de Puno, aunque excepcionalmente el segundo aparecería en la ciudad, cuando el abogado Vicente Mendoza Díaz los traía, para bailar por las calles, con su cholita, hasta llegar a su estudio en el jirón Lima.

Partitura de sikuri

En la ciudad de Puno sólo habían los siku morenos o phusa morenos, entre los que destacaban los Sikuris del barrio Mañazo, Sikuris Juventud Obrera y los Sikuris Panificadores del barrio Independencia. No se conocían otros conjuntos ya que la Festividad de la Candelaria estaba en sus inicios.

Aparece el primer sikuri en la ciudad de Puno denominado Pukara, constituido por estudiantes secundarios del Colegio Nacional San Carlos, integrado por los hermanos César, Oscar, Guido y Percy Bueno Ramírez; Rodolfo, Fernando y Javier Quinto Morales; Heber y Nilton Mamani Paja, Fernando Medrano, Eduard Olvea, Andrés Condori, Mario Colque, Adolfo Flores, Rubén Alcos, Lucio Coila, Francisco Roque y otros que hacen su primera salida un 9 de marzo en la festividad de San Juan de Dios, el año 1978, de la casa de los primeros sito en el jirón Santiago Giraldo 281; quienes llegan a la conclusión que la práctica del sikuri encierra una riqueza musical que debe ser tomada en cuenta a futuro.

En el año 1981 se forma el Sikuri 27 de junio, en base al Sikuri Pukara y a propuesta de los paisanos que llegan de Lima, en homenaje a los sucesos ocurridos en esa fecha, con César Suaña, Jaime Montaño y Walter Soto; apareciendo en etapas posteriores una veintena de conjuntos similares, que incluso llegan a poner en peligro la práctica del siku moreno; de este conjunto se siguen desprendiendo muchos otros.

SIGNIFICADO DE LA DANZA SIKU MORENO
La organización de los danzarines es trascendente, por eso es que en los Sikuris de Mañazo se puede apreciar que aún persiste a pesar que hoy no tiene una organización tan clara como hace tres décadas. La organización de su elenco de danzarines la tienen dividida en las siguientes partes:
Esquema de danza del <em>siku moreno</em>
Fig. 13: Distribución de los personajes en el siku moreno

La organización del siku moreno de abajo hacia arriba y derecha a izquierda:

1. En la parte posterior simbolizando al ukhu pacha y al infierno, están los músicos cuando van en cuatro filas, con los sikus arka (hembra) a la izquierda y los sikus ira (macho) a la derecha, representan a los instrumentos andinos; al centro está la batería, compuesta por bombo, tarola y platillos, simbolizando al fuego del infierno y los sonidos del interior de la tierra, representan a los instrumentos hispanos; la china diabla o mujer del diablo al lado del diablo caporal o jefe de los demonios, luego están el saqra que es el demonio andino que recién tiene representación. En este caso el tabla siku que significa no ir al infierno, intercede para que las almas no vayan a ese lugar de castigo. <em>Tabla siku</em>
Fig. 14: Siku moreno con tabla siku
personajes personajes personaje
Fig. 14: Personajes del phusa moreno
2. A continuación en el kay pacha, están la muerte necesaria para el máximo castigo según el cristianismo; en la parte frontal de este grupo está el gallo que le canto en la pasión de Cristo, también está el cordero de Dios que quita los pecados, popularmente conocido como la oveja que es sinónimo de alimento. En el lado andino se ubica el ukhumari (oso) que vive en cuevas y agujeros, personaje de los cuentos andinos, raptor de doncellas; a continuación están el supay que recién en esta danza adquiere una representación y el anchancho que es un demonio de las minas, ellos viven siempre junto al infierno; el collavino representa al hombre del altiplano y el apache o chuncho que tiene el rostro pintado de color rojo significa lo salvaje, la persona incivilizada; completando el conjunto está el gato o titi, animal simbólico del altiplano y del ande.
3. El murciélago y el cóndor se ubican entre el hanaq pacha y el kay pacha, son mensajeros entre el mundo de arriba y el de abajo, se relacionan con la muerte y la sangre; quizás completaría este grupo la paloma que es un ave muy significativa en el mundo cristiano. Al frente del grupo va el ángel que lleva en la mano una espada en forma de rayo (illapa) para combatir contra los demonios; encabeza todo el conjunto el antiguo escapulario de la congregación religiosa, hoy convertido en estandarte del conjunto, completando el espacio del hanaq pacha o cielo.

Esta organización debe recuperarse mediante una tarea del Instituto Nacional de Cultura y de la Federación Regional de Folklore y Cultura, para que estos personajes vuelvan a la escena y excluir al zorro, el hombre araña, el vaquero, al vikingo, a la princesa guerrera, etc.

Actualmente hay una oposición de los tocadores, respecto del nombre siku moreno(negro) que lo entienden como algo despectivo, sin saber que el color negro tiene otro significado en el mundo andino; la voz yana en el Vocabulario de Diego Gonzáles Holguín (1608) aparece con 56 entradas para términos derivados. En el artículo de José Limonchi12 se encuentra la explicación de este término:
“Constituyendo un buen ejemplo de polisemia en quechua, la palabra yana tiene las siguientes acepciones: ‘negro’, ‘color oscuro’, ‘enamorado(a)’, ‘consorte’, ‘criado’, ‘sirviente’ (morato 1981:199); esta confluencia múltiple de significados en una misma voz es fruto de la compleja historia de la expresividad del quechua.
El color negro, símbolo fundante en los Andes
La mitología, por contener las concepciones primordiales de una sociedad, explica la idea de la sacralizad de lo negro en tanto principio esencial de la cosmogonía en los Andes. En los mitos se recuerda la génesis andina como un momento de predominio de lo oscuro, donde lo negro era el único referente sacro” (Limonchi, 2007: 169)

Pueda ser que se llamen siku morenos porque la representación es religiosa-católica por tanto sagrada, lo cual implicaría que los clérigos también sabían el significado andino del color negro, por eso que optaron en llamarlo así, hecho que jamás lo difundieron quizás con una complicidad también oscura.

SIKURIS METROPOLITANOS Y SU REFLEJO EN EL ALTIPLANO
Carlos Sánchez13, en el resumen de su artículo Formación y desarrollo de los sikuris urbanos de Lima, manifiesta:
“Los grupos de sikuris llegan a Lima a través de las migraciones después de mediados del siglo XX formándose un movimiento de sikuris llamados “regionales”. Hacia la década del 80 jóvenes urbanos y principalmente estudiantes forman grupos de sikuris bajo el mismo prototipo regional y altiplánico desarrollando un peculiar movimiento de sikuris autodenominados “metropolitanos”. 11 Id.

El siku como nuevo símbolo de la protesta, es contestatario y representativo de una nueva sociedad peruana y urbana, que toma la capital y empieza a hacerse sentir a nivel nacional. Sánchez14, lo explica en tres grandes momentos:
“…una primera (en los 60 y mediados de los 70 donde se observa el accionar de pequeños  grupos (familiares o amanera de nichos culturales) y que actúan ocasionalmente, los caracteriza la naturalidad de su expresión (no existe todavía la fijación en la técnica musical ni organizativa del grupo). Se trata de un contexto de marginalidad urbana (décadas más adelante será un elemento de importancia haber sido ‘los primeros’) … Un segundo momento, mediados de los 70 e inicios de los 90) que conocemos como el ‘boom’ de los sikuris regionales por la proliferación de grupos (por propio nacimiento y por división), de integrantes y de actividades, llegándose a una descontextualización de sus ‘roles tradicionales’ (presentaciones en escenarios no regionales). En esta etapa se despierta a una conciencia de lo musical  haciéndose un tema de prioridad, el ‘estilo’ un elemento de diferenciación y una necesidad de  identidad, sin duda las grandes competencias y los numerosos grupos hacen de este movimiento un espacio de grandes temáticas … Un tercer momento, llamado de ‘crisis’ que comienza mediados de los 90 y continúa en la actualidad con gran énfasis y se caracteriza por la desaparición de grupos, disminución de actividades, menor número de integrantes y otros tipos de repercusiones” (Sanchez, 2007: 203)

Entonces el centro de irradiación, en cuanto a la práctica de este conjunto orquestal llamado sikuri es Puno, además tenemos sikuris en la república Argentina, EE.UU. Japón y algunos países de Europa.

El antropólogo Levi-Strauss postula que los símbolos emergen en cualquier momento ya que se  encuentra en las estructuras mentales de la sociedad15; entonces los neo sikuris están retomando un símbolo ancestral del lenguaje simbólico andino para expresar su disconformidad a la vez que postulan un cambio en las estructuras sociales; y los sikuris desean marchar hacia una nueva sociedad, esperanza que está simbolizada por el chaka siku.

NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL
EL SIKU Y EL AYARACHI

De acuerdo a todo lo expuesto podemos concluir que el ayarachi es toda una institución cultural tradicional, razón por la que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación a su música y danza.

“RESOLUCIÓN DIRECTORAL NACIONAL
Nº 1064INC
Lima 14 de octubre de 2004

Visto el expediente Nº 6710-033 del Gobierno Regional de Puno;

Considerando:

Que…

Que mediante Informe Nº 081-2004-INC/DRECPC, la dirección de Registro y Estudio de la Cultura en el Perú Contemporáneo. Opina que El Ayarachi es una expresión tradicional de música y danza muy singular de la región del Altiplano de Puno, de una gran simbolismo relacionado con su carácter fúnebre y alusivo al cóndor como animal totémico; es una de las tradiciones músico-coreográficas quechuas más importantes que probablemente data de épocas prehispánicas, por lo cual merece ser declarado como patrimonio cultural de la Nación. Mereciendo mención especial de reconocimiento al Ayarachi de Paratía, que habiendo conservado los elementos tradicionales más antiguos de esta expresión musical, se ha identificado con su amplia difusión;
Estando a lo visado por la Dirección de Registro y Estudio de la Cultura del Perú Contemporáneo, la Oficina de Asuntos Jurídicos y la Dirección de Gestión:
De conformidad con lo dispuesto en la Ley Nº 28296 “Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación” Decreto Supremo Nº 017-2003-ED que aprueba el Reglamento de Organización y Funciones del Instituto Nacional de Cultura;

SE RESUELVE:
Artículo Primero.- DECLARAR PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN la música y danza tradicional del “AYARACHI” de la Región del Altiplano de Puno; por la razones expuestas en la parte considerativa de la presente Resolución.

Regístrese, comuníquese y publíquese.

LUIS GUILLERMO LUMBRERAS SALCEDO

Director Nacional”

“RESOLUCIÓN DIRECTORAL NACIONAL
Nº 824/INC
Lima 14 de noviembre de 2004

Vistos, los expedientes Nº 05099 y Nº 05875, Nº 7023/03-INC Oficio Nº 567-03/PAV-CR de fecha 23 de setiembre de 2003 del Congreso de la República; y,

CONSIDERANDO:

Que…

Que, mediante los expedientes de Vistos, el Congreso de la República; solicita la declaración de Patrimonio Cultural de la Nación para el instrumento musical “SIKU” y los “SIKURIS”;
Que la Dirección de Fomento de las Artes. Mediante informe Nº 062-2003/DFA del 14 de noviembre de 2003, opina por la procedencia de la Declaración del Patrimonio Cultural de la Nación del “SIKU” instrumento musical de viento elaborado de materiales diversos como el bambú, piedra, cerámica, etc. producido por la cultura aymara, cuya presencia fue generalizada en el territorio del antiguo Perú, formando en la actualidad parte de nuestra identidad cultural:
Que asimismo, la ejecución del instrumento musical denominado SIKU, ha generado agrupaciones o instituciones de personas que interpretan colectivamente dicho instrumento, denominándose a esta agrupación de músicos, SIKURIS, práctica que constituye una manifestación tradicional y expresión de la identidad regional y nacional;
Estando a lo visado por la Dirección de Gestión, la Dirección de Fomento de las Artes y la Oficina de Asuntos Jurídicos;
De conformidad con lo dispuesto en la Ley Nº 24047, “Ley General de Amparo al Patrimonio Cultural de la Nación”, Decreto Supremo Nº 017-2003-ED que aprueba el Reglamento de Organización y Funciones del Instituto Nacional de Cultura;

SE RESUELVE:

Artículo Primero.- DECLARAR Patrimonio Cultural de la Nación al “SIKU” instrumento musical de viento producido por la cultura Aymara, cuya presencia es generalizada en el territorio del Antiguo Perú, formando en la actualidad parte de nuestra identidad cultural.
Artículo Segundo.- DECLARAR Patrimonio Cultural de la Nación –en sus diferentes modalidades, formas y estilos- al “SIKURI”, agrupación de personas que interpretan colectivamente el arte de la práctica del SIKU, manifestación tradicional que forma parte de nuestra identidad regional y nacional.

Regístrese, comuníquese y publíquese.

LUIS GUILLERMO LUMBRERAS SALCEDO

Director Nacional”

De esta norma podemos mencionar que en su parte considerativa se ha caído en un chauvinismo, cuando se menciona que el siku “…, producido por la cultura aymara, cuya presencia fue generalizada en el territorio del antiguo Perú…” aspecto que no es cierto ya que estamos probando en la presente exposición la continuidad cultural, desde la antara de Chilca, que data 7,000 años, hasta nuestros días; es más, la denominada “cultura aymara” se diferencia solamente en el idioma, porque todos sus componentes pertenecen a la cultura andina.

Respecto de la parte resolutiva, dice:
“DECLARAR patrimonio Cultural de la Nación –en sus diferentes modalidades, formas y estilos– al “SIKURI”, agrupación de personas que interpretan colectivamente el arte de la práctica del SIKU…”

Esta formulación es aprovechada por algunas personas que se consideran individualmente Patrimonio Cultural de la Nación. Si se hubiera dado la ley con esa intención, todos los ejecutantes del siku se acogerían a esa condición y tendríamos a miles de personas con esa calidad, lo que creo no es el espíritu de la ley. En mi percepción el conjunto orquestal sikuri, que tiene como base la ejecución tradicional dual-colectiva de varias personas, es el que posee esta condición.

ETNOMÚSICA CON SIKU
El acervo musical tradicional de la Región Puno cuenta con formas musicales entre las que destacan el ayarachi de Paratía, ayarachi de Sandia, chiriwanos de Huancané, chusllu señalakuy de Macusani, sikuris, phusa morenos, sikuri de Takili, Lakitas de Anapia, soldado palla palla, loqe palla palla, qotos, etc. Cabe mencionar que algunas otras han desaparecido, como el chiriwano de Anoqarí de Ácora:

partitura

Es importante saber que con la conquista inca del norte argentino, se ha tenido una forma musical antigua que son los sikuris de Humahuaca en Jujuy, que se ejecuta en el mes de abril, con una matraca de cuerno que lleva el compás:

partitura

SIMBOLISMO DEL SIKU
La forma como se sujetan los tubos, en rectángulos, en W o en X con el cordel, el color del cordel es importante: rojo, verde o azul, junto a plumas de colores, complementa la idea de este lenguaje.

Los nombres de los instrumentos que conforman la familia de los diferentes conjuntos orquestales son simbólicos por eso que no son fijos; en cada uno, varía de acuerdo a la función ritual:
Ayarachi.- mama, lama y suli (Paratía); Wijo o Toyo, Chaupi y Suli (Sandia).
Chiriwano.- Tayka y ankuta
Sikuri.- está compuesta por tayka, ankuta y suli
Sikuri de Takili.- mama, maltona, liku y awka



El siku vale por su color y forma, secundariamente por su consistencia; el amarillo ocre designa suerte16 en los rituales propiciatorios, el verde significa fertilidad, algunas cañas al secarse pierden su color quedando ligeramente verdes o ligeramente amarillas, lo que es suficiente para considerar su significado; los sikuris de Takili y los sikuris aymaras desean la buena suerte en los rituales propiciatorios que acompañan; mientras que los chiriwanos auguran la fertilidad porque tocan cañas verdes; el juego de sikus en algunos casos
Sikus de caña verde
Fig. 15: Siku de caña verde
corresponden a los integrantes de una familia en línea materna, cuyos nombres en aymara son:Tayka, abuela; ankuta, joven mujer; suli, niña; uña, recién nacida.

Dentro del lenguaje andino tenemos al signo escalonado o qenqo en quechua, el cual aparece tempranamente en las pinturas rupestres de Macusani junto a la cresta de ola, el cual significa transitar, ir a, dirigirse, cambiar de estado, etc.; Limonchi17 dice de este signo:
“Durante la temporada seca se da la celebración de la Chakana Raymi (Chaka en quechua es ‘puente’, ‘fiesta’ o celebración de unión con el ‘qanan pacha’ mundo superior en la que se venera la constelación de los ojos de la llama o llamañawin, conocida en occidente como la Cruz del Sur… En el caso del chaka siku, el instrumento reproduce el signo escalonado universal en los Andes, presente también en mesoamérica y que a entender de Arthur Posnansky (1913) constituye la representación ideográfica de la ‘Tierra’ y el ‘Cielo’, para Carlos  Milla (1983; 111) es una forma simbólica de expresar la Cruz del Sur, en tanto que Emilio  Mendizábal (1989; 104) lo entiende como representación de la cosmogonía inka…” (Limonchi, 2007; 138 - 140)

Este signo se encuantra en la zona rural, en la parte superior de las paredes de las casas, pero observando se notará que habiendo una puerta que sirve para ingresar, transitar, etc., se ha puesto este signo entre una o dos líneas, lo que anunciaría una prohibición, cuya lectura sería "no atravezar esta pared" (habiendo puerta); este mismo significado podemos aplicar al tabla siku de los siku morenos y al songárinchi de los machiguenga que es una flauta de pan que tiene el extremo distal sesgado a modo de línea, lo que indicaría que este instrumento se usa para rituales que implican prohibición:

Fig. 16: El signo qenqo y pintura rupestre de Macusani
 
Fig. 17: El signo escalonado entre líneas

En los tambores y bombos podemos encontrar que el signo escalonado, representado en los cordones que sirven para tensar el wanqar del ayarachi y que por reflejo dan una forma similar, es aprovechado para pintar el aru (lengua o idioma en aymara) del sikuri, el cual también indica prohibición si se ata la cuerda en los extremos:

     
Fig. 18: El signo escalonado entre líneas en los sikus y membranófonos

EL COLOR DEL SONIDO DEL SIKU
Considerando el conocimiento sinestésico18 expuesto por varios especialistas (Sanz19; de Córdoba, 2002; Yanes, 2007; Ochoa 2008; Sulzer, 2008), los sonidos agudos son de color claro y los bajos son oscuros; los sikus mama del ayarachi de Sandia (Valencia, 2006: 111) y los wanqar emiten sonidos graves por tanto son negros y en el mundo andino el color negro es sagrado. Los sikuris de Takili dentro de su organización instrumental usan los sikus más pequeños denominados auka o guerrero (Valencia 2006: 97) que son de color blanco. El motivo es que los ayarachis participaban el los ritos funerarios durante las exequias del inca, los que eran totalmente sagrados; y en el otro caso, los sikuris marchaban a la guerra con sus sikus awka (guerrero en quechua) al frente, que producían sonidos agudos y estridentes y permitían apreciar mejor las acciones bélicas, lo que intimidaba al enemigo.

Los sonidos del siku respecto del ejecutante se ubican con los bajos a la derecha y los agudos a la izquierda, de forma contraria a la concepción occidental; dicho en base a la sinestesia, con los sonidos oscuros a la derecha y los sonidos claros a la izquierda.

Además si consideramos la experiencia de la sinesteta Sulzer (2008) que considera a los sonidos graves como colores oscuros, podemos completar la idea diciendo que la espiral de color negro significa rememorar la historia sagrada.

De este supuesto podemos derivar una interrogante ¿Nuestros antepasados, veían el sonido?, pueda ser que sí, el sustento de este fenómeno psico-fisiológico pudo ser debido a las deformaciones craneanas practicadas principalmente por los Paracas y Tiahuanaco, que permite una relación lateral entre los lóbulos del cerebro, lo que hace cruzar el efecto sensorial y como consecuencia se ve el sonido o se escucha el color. La enciclopedia virtual señala:
“La sinestesia es un efecto común de algunas drogas psicodélicas, como el LSD, la mescalina, o algunos hongos tropicales”20

Se sabe que en Chavín se usaba el cacto wachuma o san pedro (Limonchi, 2007; 142) con fines alucinógenos. También en el museo de Antropología de la UNA Puno se exhibe una tableta, con sus respectivas cánulas, con iconografía tiahuanacoide, encontrada en Molino Chilacachi, Ácora, para el uso de este tipo de sustancias.

Chavín   Tableta de rapé
Fig. 19: Personaje Chavín con cacto y tableta de rapé Tiahuanaco

Considerando este fenómeno psico-fisiológico, según Elizabet Sulzer21 a cada color le corresponde un sonido ya que ambas son frecuencias. Teniendo en cuenta esa información, se puede inferir la relación sonido-color en los sikus:

Fig. 20: Relación color / sonido según Sulzer

Es preciso aclarar que el significado de los colores encontrados, sólo sirven para el rubro de música. Otros “temas”, como los contenidos en los kipus, estarían por estudiarse. Aparentemente, el sistema simbólico andino es más complejo de lo que se pensaba.

Fig. 21: Relación color / sonido para el siku

EL SIMBOLISMO EN LOS MOVIMIENTOS COREÍSTICOS
Partiendo de la premisa que en el mundo andino nada es casual o improvisado, que continua la tradición de comportamientos colectivos más que individuales y que no se obedece a cánones artísticos, hecho que se refleja en los conjuntos de flautas de pan y en las danzas tradicionales, donde los movimientos individuales, básicamente son el paso pequeño y reverente, la postura de los brazos que sujetan el instrumento, son propios de los rituales en los que se demuestra el sumo respeto hacia sus iconos; por eso, ellos realizan pocos saltos y giros en el cumplimiento del calendario ritual-agropecuario.

Se ha comprendido que los movimientos colectivos siempre expresan deseos y aflicciones de los altiplánicos. La mayoría de conjuntos hacen una circunferencia que representa a Inti, supremo hacedor de vida, inclusive algunos conjuntos como los Sikuris de Takili por turnos van entrando y saliendo, simbolizando la permanencia de los rayos del sol y su efecto vital sobre los seres vivos del kay pacha; los bombos significan a los truenos que anuncian la lluvia fecundadora de la pachamama. Antes, había algunos conjuntos que en la percusión permitían sonajas de calabazas las que representaban a la lluvia y todo ello a modo de súplica o recuerdo a los dioses del hanaq pacha para que no se olviden de sus roles benefactores. Los chiriwanos tienen otra función cuando hacen espirales rememorando, con ello, algún acontecimiento importante de la historia andina; en este caso, es la conquista del Pilcomayo por los Incas, lugar de donde fueron traídos muchos de ellos, para no regresar.

Con el sincretismo religioso se recurre a la invocación y representación de la Virgen Candelaria, en las figuras colectivas, ya que es la nueva imagen de la pachamama y al patrón Santiago portador de una espada de rayo o illapa dios transformador de las cosas.

EL SIMBOLISMO DEL SIKURI


Fig. 22: Músico y personajes del Ch’usllu Señalakuy
El simbolismo andino está presente en nuestro cotidiano vivir mediante formas y colores, pero al no tener los ojos especializados no los encontramos, el siku por su forma está siempre presente en los ritos de transición.

En la comunidad de Pacaje del distrito de Macusani se acostumbra utilizar el siku en el ritual del ch’usllu señalakuy de las alpacas, para el empadre, a la vez que los instrumentistas se ponen un poncho con el antiguo sistema mono cromático y otros se disfrazan de alpacas, en el cual destaca el siku ira o macho, atado con hilos de color rojo y azul, y la hembra por los colores rojo y verde; en este caso el siku es el vehículo que lleva simbólicamente a las alpacas hembras al estado de preñez mediante la melodía respectiva:

melodía Fig. 23: Melodía del Ch’usllu Señalakuy

En este caso los espacios del pentagrama corresponden al macho o ira al que le corresponde el bicolor rojo-azul y las líneas a la hembra o arka con el bicolor rojo-verde. Otro ritual en el que se emplea los sikus es el satiri o siembra, que se ejecuta en el distrito de Conima22:

Satiri

De esta melodía podemos extraer que los sonidos se dividen en machos y hembras, con el siguiente resultado:

Hay más “sonidos machos” que hembras, debido a que en el mundo rural ponen un padrillo para varias hembras y esto se refleja en los ritos.

En el caso de la siembra —rito propiciatorio en el cual se fecunda simbólicamente todas las semillas que se siembran—, mediante el símbolo escalonado del siku, el que transforma las papas en semilla apta para la reproducción; aspecto que está relacionado a la composición de melodías tradicionales. Santiago Quispe23 antiguo integrante del Sikuri Ch’oqña Moqo de Conima, informa:
“para crear una melodía que suene bonito se debe tratar de utilizar todos los tubos (sonidos) del siku

Podemos traducir simbólicamente este hecho como que “todos” los seres a los que está destinada la melodía pasan a ser fecundados; pese a que los conceptos actuales de la composición, vertidos por el informante, ya son estéticos porque es una visión occidental de la música; no debemos olvidar que los conceptos simbólicos andinos subyacen manteniéndose vigentes. Por similitud, cuando los sikus acompañan un sepelio, todas las características positivas de la persona son trasladadas a su nuevo destino; tradición que se viene practicando desde hace mucho tiempo, razón por la que los ayarachis acompañaban los funerales del Inca con el agregado de que el color indicaba lo sagrado de su música.

En el campo de musical hay un llamado del bombo de los ayarachis, sikuris y phusa morenos para convocar al ensayo y al iniciar una melodía que es tradicional. Tiene una progresión logarítmica con el mismo significado; es la manera de decir “vengan, vamos a recordar” ya que tiene la misma estructura que la espiral logarítmica y por tanto el mismo significado.

melodía
Fig. 24: Llamado del bombo y su equivalente gráfico

La ejecución tradicional del siku “dibuja figuras” simbólicas al desplazarse por los tubos. Encontré que el estribillo, chuta chuta o waraweo del sikuri y del ayarachi que se toca al final de la frase, tiene una forma escalonada que significa repetir la frase o la misma melodía.


Fig. 25: El signo escalonado en la melodía

La cultura del antiguo Perú fue tomando como base los principios que se fueron forjando desde Caral y Chavín en base a colores, formas y propiedades. Este instrumento es considerado hembra por los nombres femeninos antes mencionados de su familia ya que los tubos de la arka significan múltiples vaginas aptas para recibir la simiente que le transmite el ira o macho por su morfología de falo, debido a que cada tubo tiene esa doble forma; en otras palabras, la ejecución de las melodías, es una manera propiciatoria de fecundar a las hembras. Por eso es que se tocan en la época seca, es decir antes de la siembra y hay una razón muy poderosa por la que realizaban estos rituales, es que en la historia, dos grandes culturas, los Moche y los Tiahuanaco habían desaparecido por la sequía, hecho que posiblemente causaba terror en las posteriores culturas; entonces recurrían a varios ritos propiciatorios, unos para que haya lluvia y otros para procrear el ganado.

El tabla siku arka tiene una forma de proporciones sagradas, tal es el caso del corte 30 o mi menor:
“La forma ritual asumida por el siku… es la de un rectángulo cuyas medidas (30cm. de alto, 10 cm. de ancho, y 2 cm. de espesor por fila de tubos) definen la proporción de uno de ancho y tres de alto que ostenta el siku, coincidentes casi exactamente con la particular simetría del monolito de Chavín (195 cm. de altura, anchura de 73 cm. arriba, 76cm. abajo, 74 cm. al medio y 17 cm. de espesor...)” (Limonchi, 2007:132)

El ayarachi y el sikuri tienen actualmente una organización sencilla, en base a dos filas de tocadores en donde 6 u 8 de adelante llevan la percusión, algunas mujeres van danzando adelante; los conjuntos de sikuris no tenían danzarinas, porque los ritos de fertilidad eran exclusividad del hombre y ellas participaban solamente en los ritos cuando las plantas de las chacras estaban crecidas.

LOS SIKURIS Y SIMILARES EN LOS CONCURSOS
Desde hace tres décadas se viene llevando a cabo en la Festividad Virgen de la Candelaria de Puno, concursos para los conjuntos que interpretan el siku, para lo cual se ha dividido en dos categorías: sikuris de un solo bombo y sikuris de varios bombos; clasificación que no es nada técnica ya que en un supuesto, a los segundos se le puede restar algunos bombos hasta dejarlo en uno; tendría que establecerse otra categoría. Si se considera la antigüedad, los más antiguos son los ayarachis porque son mencionados en las crónicas; los sikuris que se formaron en base a éstos, tienen vestimenta típica y ejecutan el chaka situ; en consecuencia, son una etnodanza; luego, los que tocan con un solo bombo, tienen una chaqueta bordada con hilos dorados y pedrería (de luces) y tocan el tabla siku, son una danza mestiza.

La participación de un conjunto de Puno en la Festividad de la Candelaria considera como requisito intervenir en el Concurso que se realiza el 15 de agosto en la festividad de la Virgen de Cancharani; posteriormente, la Federación24 se encarga de realizar otro concurso en los meses de setiembre u octubre, en el cual se clasifican 10 conjuntos en cada serie, para intervenir en la Festividad de la Candelaria. Esto no ocurre con las danzas mestizas, ya que todas ellas participan sin restricciones. Una medida equitativa sería que los sikuris sean tratados de la misma manera; es decir, todos deberían participar en su respectiva categoría, sea etnodanza o danza mestiza.

En dicha festividad este año (2009) se presentaron al concurso de danzas realizado el 08 de febrero, los siguientes conjuntos intérpretes del siku, representantes de las provincias del Departamento de Puno:
1. Centro Cultural Sentimiento Sikuris de Lampa
2. Conjunto de Sikuris del Barrio mañazo
3. Raíces del pueblo peruano Sikuri y danzas proyecto Parihuana Huancané
4. Asociación Juventud Vallejiana de Yunguyo
5. Asociación Ayarachis Somos Patrimonio de la Cosmovisión Andina Coarita Paratía
6. Sikuris Cultural Sangre Indomable de Azángaro
7. Agrupación de Zampoñistas del Altiplano Puno
8. Asociación Cultrural de Sikuris Intercontinentales Aymaras de Huancané
9. Conjunto Zampoñistas Juventud Paxa de Puno
10. Conjunto Auténticos Ayarachis de Antalla Palca Lampa
11. Sikuris 27 de junio Nueva Era Puno
12. Conjunto de Arte Folclórico Sikuris Juventud Obrera
13. Agrupación Cultural de Sikuris Claveles Rojos de Huancané
14. Zampoñistas Lacustre del Barrio José Antonio Encinas Puno
15. Organización Cultural Armonía de Vientos Huj Maya Puno
16. Auténticos Ayarachis Tawantin Ayllu de Cuyo Cuyo Sandia
17. Centro Cultural Melodías de Ilave
18. Centro de Expresión Cultural Sikuris Wayna Marka Huatasani Huancané
19. Asociación Sikuris Raíces Andinas Quechuas (ASIRAQ) Santa Lucía Lampa
20. Zampoñada de la Federación de Juventudes Binacionales Chakana marka Desaguadero
21. Asociación Cultural de Sikuris Fuerza Joven Puno (Exhibición)
22. Asociación Juvenil Puno 27 de junio (Exhibición)

NUEVOS SIKUS
Uno de los instrumentos musicales que sigue evolucionando es el siku. Muchos interesados están buscando nuevos usos y tratando de convertirlo en un instrumento más versátil, es por eso que el día 19 de mayo de 2004, presenté en el INC de Puno, nuevos modelos de sikus, como una recreación de aquellos tradicionales.

sikus modernos
Fig. 26: Nuevos sikus

Podemos apreciar, en la foto, al siku circular, dividido en dos polos: arka e ira y para uso dialogado; el siku prismático de base cuadrada, dividido en dos polos y para uso dialogado de 8 tubos cada uno y el siku en escalera convergente que está dividido en dos polos arka (dos tonalidades) e ira (dos tonalidades), para ejecución dialogada, puesto que e veces al cantar la tonalidad es demasiado alta o baja entonces se puede cambiar a otra; morfológica y simbólicamente es similar a la antara inca, se utilizaría con doble propósito, transitar y retornar,lo que se traduciría en ripuy- kutiy o ir y venir; sería para los rituales que implicaba acciones más allá de las fronteras como ir a la guerra, emprender alguna misión como la del mitimay,; también tiene uso para evocar el mito del pachakuti, (volver del tiempo y el espacio), etc.

Actualmente, otros se interesan porque el siku sea un instrumento de mayor utilidad, aprovechando que ya ha adquirido un temperamento occidental; por eso es que se plantean sikus cromáticos de tres filas, como en Bolivia, en base al actual siku diatónico y el de Américo Valencia25 que ha propuesto un siku cromático de tres y cuatro filas en cada polo, considerando su uso dialogado.

ValenciaValencia
Fig. 27: Siku cromático de Valencia

También he planteado un siku cromático producto del proyecto Orquesta de Instrumentos Tradicionales del INC de Puno; instrumento que tiene 17 tubos en cada polo haciendo un total de 34 en los dos, con los bajos a la derecha como se ejecuta tradicionalmente o si se desea invertir, también se puede tocar con los bajos a la izquierda y acomodarse como uno desee con el Do o Do# como polo distal.

Siku cromático
Fig. 28: Partes del Siku cromático

Para orientar al instrumentista los sonidos Mi están designados por el color azul y los La con color rojo en el interior de la caña y su estructura es la que sigue:

Siku cromático
Fig. 29: Estructura tonal del Siku cromático

Presenta cuatro tamaños tayka (bajo), sanka (tenor), maltona (contralto) y suli (soprano), todos con la misma estructura.

La técnica del diálogo musical es este siku cromático, permite tocar fuerte y facilita la respiración, por eso cada sonido es ejecutado por un instrumentista en todo momento, además cada uno tiene un siku cromático de dos polos.

Como ejemplo se nuestra el siguiente fragmento melódico de Ayarache una de las estampas del ballet Suray Surita de Theodoro Valcárcel.

partitura
Fig. 30: Fragmento de Ayarache

Dicha línea melódica se desdobla para los dos ejecutantes.

partitura
Fig. 31: Fragmentación para ejecución dialogada

INNOVACIONES DEL SIKURI
Es posible lograr el establecimiento de un código en base a los colores equivalentes a cada uno de los sonidos de la escala diatónica del siku, lo que da una gama, (Fig. 32), que servirá para designar la tonalidad básica y el corte de los sikus de toda la orquesta en terceras, cuartas y quintas (Contras), la que irá en el tubo mayor de cada uno.

En el primer ejemplo podemos apreciar:
1. El corte o la tonalidad está en mi menor o 28, color verde
2. A la derecha hay un espacio que indica que no hay una tercera baja y más bien es una cuarta baja de color magenta.

Fig. 32: Código cromático para los sikus
En el segundo ejemplo:
1. El corte es en 28 o mi menor
2. No hay tercera ni cuarta baja, solo hay una quinta baja.

Esto facilitará la identificación de las voces a primera vista ya que a veces se tienen que tocar el instrumento para saberlo.

La dirección orquestal del sikuri con la jawqaña debe ser mediante señales que son ejecutadas por el guía; pueden ser adoptadas como convencionales y he aquí algunos:


Fig. 33: La dirección orquestal con la jawqaña
1. Inicio de ejecución (de arriba hacia abajo)
2. Avance del conjunto (hacia delante)
3. Dar vueltas (círculo)
4. Detener las vueltas (jawqaña vertical)
5. Canto colectivo (señalar de la boca hacia afuera)
6. Cambio de melodía (de derecha a izquierda)
7. Terminar la melodía (jawqaña horizontal).


Fig. 34: Sikuris del Barrio Mañazo, 1952

CONCLUSIONES

  1. El siku es un instrumento que ha evolucionado con la cultura andina, desde hace 5,000 años, por eso es patrimonio Cultural de la Nación.

  2. Los diferentes tamaños de sikus llevan nombres que corresponden a las edades de la mujer, tayka, maltona, suli y uña, por tanto es un instrumento femenino, que a su vez se subdivide en dos partes una femenina o arka y otra masculina o ira.

  3. El hombre no hizo, no hace, música bonita o tiene no sólo el concepto estético; su intención también es ritual ya que utilizando como medio al siku, y por ende la música, aunque sea de manera propiciatoria, sus chacras producirían buenos frutos, el alma del difunto iría feliz a la otra vida, su ganado se multiplicaría, etc.

  4. Este instrumento sigue evolucionando por haber tomado el temperamento occidental, en base a su significado cultural y a su versatilidad como instrumento musical.

  5. Debemos seguir estudiando esta flauta de pan desde otras especialidades, entonces recién podríamos decir que la conocemos.

Fig. 35: Sikuris del Barrio Mañazo, 1952

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Valencia, Américo. Música clásica puneña, Gobierno Regional Puno, Puno, 2006
 

NOTAS

[1] http://www.caralperu.gob.pe/civilizacion/civilizacionmundial.html (Abierto el 14-04-2010)

[2] Las Antaras Nazca, César Bolaños, INDEA, Lima, 1988.

[3] MOCHE Cosmología y Sociedad, Jürgen Golte, p. 153

[4] Bolaños, Op. Cit.

[5] La Música de los Incas y sus supervivencias, Raoul y Marguerite D'Harcourt. Occidental Petroleum Corporation of Perú, Lima, 1990.

[6] D'Harcourt, Op. Cit. Pág. 42

[7] Visita de Garci Diez de San Miguel, Ediciones Casa de la Cultura del Perú, Lima, 1964 p. 38v, 54r.

[8] Oscar Bueno, "El siku, phusa o zampoña. Fabricación y clases", Revista Antropus, 1997. Pág. 116.

[9] José Limonchi, et al, "Cosmología, morfología y numerología Sacra de la Flauta de Pan Kollavina", 2007.

[10] Es la orientación básica en la cultura andina.

[11] Lizandro Luna, "Zampoñas del Kollao" (Tratado de Folklore). En: Álbum de Oro, 1976. pp. 80-122

[12] Africanos y Pueblos originarios, José Limonchi et al, UNESCO; Lima, 2007.

[13] "Desarrollo de los Sikuris Urbanos de Lima", Carlos Sánchez, Revista de Folklore de la UNMSM, Lima 2007.

[14] Sánchez, Op. Cit. Pág. 203.

[15] Fages, J-B. Para comprender a Levi-Strauss. 1974.

[16] Informante Delia Panca Quispe, Capachica, Puno, 2006.

[17] Limonchi, et al, Op. Cit., 2007. Págs. 138-140

[18] f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente (Diccionario Virtual Encarta 2007).

[19] Las Sinestesias, Juan Carlos Sanz, s/f.

[20] http://es.wikipedia.org/wiki/Sinestesia, abierto el 15/4/2010.

[21] Las Sinestesias, Elizabet Sulzer, Discovery Chanel, 2008

[22] Paúl Macedo, informante, 2009.

[23] Santiago Quispe, ejecutante del conjunto Choqña Moqo, entrevista, 2009.

[24] Se trata de la Federación Regional de Folklore y Cultura, de Puno, que agrupa a los conjuntos, tanto de danzas mestizas como autóctonas, que participan en los concursos, durante la festividad de la Virgen de la Candelaria.

[25] El Siku o Zampoña, Américo Valencia, CIDEMP, Lima 1989, p. 140,141.