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Desde el rincón /
Cabildo
abierto. Revista de análisis político.
Puno, Perú. N° 13, marzo 2006. Pág. 18.
El voto de Puno (*)
A medida que se acerca el día de las elecciones presidenciales,
cualquier tema, frente a este principal, resulta secundario. La tensión
y expectativa aumentan y muchos desearían tener una bola de cristal
para ver el futuro de aquí a ese día. Pocos mantienen la
calma de tal forma que al margen de gustos, colores y figuras, algunos
"cabeza fría" buscamos una "bola de cristal"
más acertada: las estadísticas.
Tenía la impresión que en los últimos 25 años,
Puno había votado a ganador; por tanto, entré en el portal
de la ONPE y recogí datos para verificar esa impresión.
Efectivamente, así había sido. Decidí buscar datos
de otros departamentos con población marginada, como la puneña;
escogí Ayacucho, Huancavelica, y el resultado fue el mismo, con
la variable que Huancavelica en 1985 fue más allá en sus
expectativas: votó por IU. El hallazgo lo muestro en el cuadro
de pie de página.
Mi hipótesis es que el elemento EXCLUSIÓN es el determinante
en la expectativa de cambio. Para verificarlo, así empíricamente,
porque necesitaría de más investigación, incorporé
en la matriz que elaboré, a Huánuco y Cajamarca, departamentos
que económicamente son deprimidos. Encontré que Cajamarca
opta por el APRA y Huánuco por el FREDEMO, las opciones perdedoras
en su momento.
Algunos podrán decir, con toda razón, que no se trata de
una investigación seria; otros podrán decir que más
parecen coincidencias. Particularmente, prefiero seguir la lógica
de hacer visible la EXCLUSIÓN y tomo a PUNO como un dignísimo
representante de ese fenómeno.
Puno vota por el cambio, inclusive podemos ver en el cuadro, que en la
primera vuelta de las elecciones del 2000 (la re-reelección de
Fujimori), vota por Perú Posible. Puno, es uno de los departamentos
multiculturales del país con presencia mayoritaria de dos de las
culturas vivas más fuertes: quechuas y aymaras. Podríamos
pensar, legítimamente, que lo que Puno reclama es su INCLUSIÓN,
reclama que consideren sus diferencias en esta estructura de sociedad
que los "ningunea" porque además, por diversas razones,
que escapan al análisis en esta columna, van a seguir manteniéndolas,
aunque es claro que sus resistencias cada vez van disminuyendo.
Puno va a cada elección con mucha expectativa, con mucha esperanza
y su frustración se hace relativa frente a la expectativa de un
nuevo ciclo [en este caso, de gobierno presidencial] en el que por fin,
realmente haya cambio. La sociedad de base occidental es incapaz de entender
que la frustración de ciclo a ciclo, no se acumula suficientemente
como para que haga reventar el orden establecido. Explica la situación
con sus estereotipos ("más me pegas, más te quiero",
"oportunismo político", "masoquismo", entre
otros). Viéndolo cínicamente, el orden establecido ¡tiene
suerte! y viéndolo perversamente ¡todo está fríamente
calculado!
Esa actitud de Puno se irradia hacia el gran sur, Arequipa, Moquegua,
Tacna, en donde la presencia de puneños es fuerte, a pesar que
es probable que sus condiciones económicas hayan mejorado en el
promedio de casos; es decir, hayan dejado de ser considerados como de
extrema pobreza. Eso me hace pensar que el reclamo es por la inclusión,
por la necesidad de que el país, concretamente su Estado, dé
valor a su cultura, reconozca las diferencias que significa la multiculturalidad.
De allí que, en conjunto, también el sur vota a ganador.
Dialécticamente, el voto por la esperanza de inclusión,
es a la vez el voto por el rechazo a los que los excluyen, olvidan, no
los quiere ver y por eso un voto de Puno por lo que significa la derecha
en el país, es minoritario.
No pretendo señalar que la exclusión es el único
factor. Por supuesto que los hay en cualquiera de las variables que caracterizan
una sociedad. Insisto en esta variable porque hasta ahora, es poco visible
en las consideraciones de tipo político e ignorada como política
de Estado. A estas alturas del partido, creo que es contradictorio pensar,
para quienes así lo manifiestan, que el voto por determinado candidato
es un voto con el hígado, de rabia, de cólera, de desesperanza.
Eso exigiría un nivel de conciencia política que aún
no alcanzamos como sociedad en general. Sí creo que para la sociedad
oficial, considerada, incluida, que se siente representada por este Estado,
se pueda sentir frustrada ya que sistemáticamente ve cómo
se manejan las instituciones que soportan su estructura, en y de la que
ellos son parte.
Una conclusión preliminar podría ser que el voto a ganador
en este país está dado más que por la pobreza, por
la exclusión.
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