De illas o mollos y conopas a amuletos o fetiches(*)

En: "Alasita". Revista de difusión cultural. Nº 15 Mayo 2014.
Puno, Perú: Suplemento de la revista radial de cultura popular "Puno, Capital del Folkore Peruano". Pachamama Radio. Pp. 28:10-11

 

Del trabajo de investigación realizado por Juan Carlos La Serna “Dioses y Mercados de la fortuna, recorridos históricos del ekeko y las alasitas en el altiplano peruano1, se puede inferir que la festividad de alasitas en la actualidad y en los espacios urbanos del altiplano, es considerada casi como un mercado en donde se pueden comprar miniaturas de lo que deseamos se logre en la realidad o, en última instancia, comprar la “buena fortuna”. La investigación muestra cómo es que la fiesta de alasitas, en el transcurso del siglo XX, ha pasado, aparentemente, de una tradición indígena a una tradición de la población o sociedad mestiza.

Varias podrían ser las entradas para que lo anterior haya sido posible. Una de ellas es que habiendo sido una tradición andina prehispánica, para pervivir hasta hoy, haya tenido que camuflarse haciendo uso de tradiciones impuestas. En la medida que, los últimos años, lo indígena se va legitimando para propios y en un contexto de globalización, el camuflaje ya no va siendo necesario.

El mestizaje es resultado de un encuentro biológico y/o cultural. El mestizaje en la sociedad puneña en particular y peruana o latinoamericana es indiscutible. Pero, en el caso de alasitas, sería el encuentro de tradiciones culturales distintas que darían como resultado, una tradición diferente. ¿Será lo que ocurrió con las miniaturas?

Las illas o mollos y conopas, tal como se va entendiendo desde el sentido que el andino le da a su vida, es decir, desde su cultura, relacional por sí misma, SON sujetos que PRESENTA o hace presencia a otros, en los rituales que legitiman y refuerzan SU RELACIÓN ÉTICA con todos los otros del entorno, también concebidos como sujetos. La cultura andina no separa sujeto de objeto, ni cuerpo/materia de espíritu2, y es en el ritual que se fortalece la vida; la reciprocidad, noción que cuida el sentido ético de la relación, es entonces motor de vida, motor de todo proceso de intercambio.

La cultura impuesta por el conquistador se sustenta, entre otros, en la separación de sujeto de objeto; le da al sujeto categoría de ser y al objeto de ente/cosa asociados ambos, con el cuerpo/materia. El espíritu, en esa concepción de vida, necesita de la existencia de dioses, seres superiores y todopoderosos, que no se ven pero están presentes y actúan efectivamente a través de la fe. La magia, el milagro, lo sobrenatural, resultaría realmente posible; en consecuencia, creer que pueda expresarse a través de un objeto poseído, también resulta posible.

El colonizador, al jerarquizarse superior e inferiorizar al nativo, dio su propia interpretación al quehacer de los diferentes a él; por tanto, cuando encontró conopas, illas o similares, le endilgó la categoría de amuleto3. En buena cuenta la illa fue convertida en su significado y significación, de sujeto en objeto, y en los tiempos actuales, en objeto o bien mercantil.

La gente, principalmente citadina, compra las miniaturas esperando que se hagan realidad; son deseos personales que por la fe puestas en ellos, van a hacerse reales; les ha dado poder mágico, las ha convertido en amuletos o fetiches.

Visto así, la miniatura habría dejado de pertenecer al sentido de vida andino y habría asumido en la práctica cultural, el sentido eurocéntrico traído por el conquistador. En la línea de esta reflexión, las miniaturas u objetos de alasitas, y sus consiguientes rituales, no resisten una concepción intermedia, resultado del encuentro o mezcla. Lo que le correspondería en buena cuenta, es haber sufrido un proceso de aculturación; es decir, sería el resultado de un proceso en el cual se ha adquirido la nueva cultura (o aspectos de la misma), a expensas de la cultura propia y de forma involuntaria pues se ha dado dentro de una sociedad mestiza y mestizada.



1. La Serna Salcedo, Juan Carlos. 2013. Dioses y mercados de la fortuna: Recorrido históricos del ekeko y las alasitas en el altiplano peruano. Lima, Perú: Ministerio de Cultura, 2013. 208 pp.

2. Un desarrollo prolijo del tema está contenido en la ponencia de María Alba Bovisio y Marta Penhos “Los cuerpos del poder en Los Andes: La Momia y el retrato” contenida en Imagen del poder. VI Encuentro Internacional s0bre Barroco. 2012. La Paz, Bolivia. Pp. 125-140

3. La literatura al respecto es contundente. Ver por ejemplo clásicos como La medicina popular peruana de Hermilio Valdizán y Ángel Maldonado (1922), Los pastores de Paratía de Jorge Flores Ochoa (1968), Cultura Callawaya de Enrique Oblitas Poblete (1978), Kallawaya. Curanderos itinerantes de los Andes: Investigación sobre prácticas medicinales y mágicas de Louis Girault (1987).

(*) Ana María Pino Jordán
promotora@casadelcorregidor.pe
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