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Ana María Pino Jordán | ||
Con frecuencia escuchamos que el 80% de la economía en el país —cifras más, cifras menos— es informal, y los análisis se centran en el funcionamiento de la economía en términos micro; sin embargo, en términos macro, podemos mostrar índices de estabilidad envidiables. En otro momento le tendríamos que dar vueltas a esta aparente paradoja. Parecería que ser informal (evadir cumplir reglas, normas, sacar la vuela a la ley) es el deporte preferido de los peruanos y nos centramos en una actitud personal, individual; dejamos de percibir que aquellos que quieren ser formales pasan por un calvario burocrático, que ha normalizado no solo la corrupción, sino también un trato negligente y displicente por parte de “los servidores públicos” que han convertido en eufemismo su función. La problemática va más allá de lo personal o de conciencia ciudadana. Es una problemática generada por una estructura de estado que vomita un frondoso árbol jurídico que ordena y desordena la vida de los ciudadanos, que para cualquier gestión tiene que contratar a un contador o abogado para que le indique qué hacer pues ni los portales oficiales, la mayoría de los cuales son muy hostiles para el usuario, están organizados para desinformar y desorientar. |
(*) Ana María Pino Jordán promotora@casadelcorregidor.pe |