Biblioteca de la Casa del Corregidor. Puno, Perú Código de registro: 023262 Ficha: REYNOSO T., Christian. 2013. Rumbos de la pintura puneña (Anotaciones para la historia de la plástica en Puno) http://www.casadelcorregidor.pe/colaboraciones/_biblio_Reynoso.php |
|
||||||||||||||||
Rumbos de la pintura puneña (Anotaciones para la historia de la plástica en Puno) Christian Reynoso |
|||||||||||||||||
Con el fin de continuar elaborando un esbozo panorámico de la historia de la pintura en Puno a partir del Siglo XX hacia adelante, reúno, en el presente texto, algunos estudios ya publicados a los que, doy una unidad y continuidad temática, además de introducir algunos añadidos y datos nuevos, de tal manera que puedan acercarnos, un poco más, al recorrido multicolor de formas, sentimientos e ideas que los artistas puneños cultivaron en el cometido de transmitir y embellecer el alma del altiplano peruano. Asimismo, indicar que este texto no pretende ser definitivo y que, más bien, irá sumando en los esfuerzos por profundizar el tema. El Primer apartado, “Cuadro 1”, se centra en el estudio del Círculo Pictórico Laykakota (1933-1940) como cimiente fundamental de la plástica puneña y creador de una escuela pictórica de gran raigambre andino, que dio origen a todo un movimiento artístico indigenista. El Segundo apartado, “Cuadro 2”, aborda los 4 momentos que considero son hitos importantes en el desarrollo cronológico de las distintas generaciones de pintores puneños, revisando de manera muy sucinta, sus motivaciones, influencias, propuestas y características artísticas. En este punto, nos acercamos al Grupo Quaternario (1983-1992) y posteriormente a los pintores no necesariamente articulados en grupo alguno pero que surgen a partir del año 2000 y que se mantienen hasta estos días. Finalmente, como parte preliminar de futuros estudios, el Tercer apartado, “Cuadro 3”, en torno a los pintores puneños que han desarrollado su plástica fuera de Puno y de algunos otros que todavía continúan en el anonimato y que cabe empezar a estudiarlos con más seriedad. Me referiré en especial a Diego Kunurana. Cuadro 1: Círculo Pictórico Laykakota1 El establecimiento del Círculo Pictórico Laykakota se remonta al 18 de marzo de 1933, día en que se realizó en Puno una primera reunión entre los pintores Amadeo Landaeta, Carlos Dreyer, Carlos Rubina, Genaro Escobar, Joaquín Chávez y Florentino Sosa, con el objetivo de crear un grupo pictórico que pudiese representar a la pintura puneña y que además inspirase una suerte de escuela pictórica. Tras esta reunión, el 1 de abril se decidió instalar dicho Círculo en la calle Puno # 442. Luego, el 3 de abril de 1933, fue fundado oficialmente con la intención de dar mayor realce y organicidad a la actividad plástica puneña. Su principal promotor fue Amadeo Landaeta y sus primeros socios Joaquín Chávez, Genaro Escobar, Carlos Dreyer, Manuel Morales, Juan Peñaloza, Carlos Rubina, Florentino Sosa, Luis Neira, Noé Fernández y Jorge Pardo del Valle3, quienes desarrollaron la primera época de actividad de este Círculo. “Este Círculo”, manifestó Florentino Sosa, “[estuvo conformado por] toda una promoción de espíritus inquietos de probada sensibilidad estética, [que] trabajó con responsabilidad, ansia y búsqueda del desgarramiento del paisaje qollavino y del quehacer humano esencialmente andino.”4 Y es que, como afirma José Tamayo Herrera, “en el siglo XIX prácticamente no existieron expresiones pictóricas en Puno, o las que hubieron se han perdido sin dejar huella.”5 Sólo en la primera mitad del Siglo XX apareció Enrique Masías Portugal, a quien se considera como el precursor de la pintura puneña y quien fue “el primer pintor puneño que pintó el paisaje altiplánico, pero incursionó todavía vagamente en la pintura indigenista, sin embargo, su ejemplo fue importante para la aparición de un movimiento más vigoroso a partir de 1933.”6 Se refiere, pues, al Círculo Pictórico Laykakota, “donde la pintura puneña se indigeniza y adquiere una intención indudablemente vernácula, volcándose hacia el paisaje y los temas del Altiplano.”7 Intención y actividad que según Tamayo, los lleva a convertirse en “una verdadera academia pictórica informal, y [que] por su influencia dentro de la pintura puneña puede parangonarse con el Grupo Orkopata dentro de la literatura. [Así], los miembros de Laykakota marcaron el período cenital de la pintura puneña.”8 Pese a esto, es necesario destacar que existe una limitada bibliografía respecto a la actividad del Círculo Pictórico Laykakota. Asimismo, hay disparidad entre los nombres de los pintores que lo conformaron, tanto entre sus fundadores como quienes se integraron posteriormente. Sin embargo, su primera época abarcó los primeros años de su fundación y su segunda época desde 1936, en que se integraron nuevos miembros, hasta el final de sus actividades en 1940. En ese sentido, además de los ya nombrados participaron en el Círculo Pictórico Laykakota, Gustavo Zegarra Villar, Raquel Valcárcel, Raúl Echave, Fernando Manrique, José Aguilar, Francisco Montoya Riquelme, Roberto y Simón Valencia y Leonor Rosado. Estos cinco últimos ingresaron en 1936, según lo consigna el mismo Montoya Riquelme.9 Los Laykakotas se reunían los días domingos. Por las mañanas salían a pintar al campo, en las afueras de Puno. Cada uno llevaba sus instrumentos de pintura para instituir una especie de sesión al aire libre. Por la tarde, al volver a la ciudad, iniciaban discusiones críticas sobre el trabajo que habían hecho durante la mañana. Así, las opiniones, comparaciones y puntos de vista de cada quien, contribuían a mejorar su plástica individual y como grupo. Todos los miembros del Círculo cultivaron distintos géneros desde el óleo, la acuarela, los dibujos a lápiz, hasta el carbón, los grabados, las xilografías y aguatintas. Tan sólo Genaro Escobar incursionó, de manera original, con el uso de chilligua, especie vegetal del altiplano. Algunos de sus miembros como Carlos Rubina y Juan Peñaloza destacaron también como músicos. Desde su fundación, el Grupo Pictórico Laykakota organizó y auspició una serie de exposiciones en Puno.10 El 21 de abril de 1933 después de la fundación del Círculo se realizó la Exposición de la Chilligua de Genaro Escobar donde se mostró su original técnica. En el transcurso de ese año se hicieron dos exposiciones en el Club de Tiro de Puno en homenaje a Juan Jiménez y a Darío Eguren Larrea, escritor y periodista cusqueño, quien propició el primer concurso de música departamental en Puno. Un año antes, en 1932, algunos de los que serían los futuros Laykakotas, alentaron una exposición de José Domingo Pantigoso en el Mercado Central de Puno. En 1934 organizaron, en el local del Concejo Provincial de Puno, las exposiciones pictóricas del limeño Federico Reinoso, la del arequipeño Manuel Alzamora, y a fin de año, la del abanquino Alejandro Gonzáles junto a Teófilo Allaín. En 1935 realizaron en Lima, en la Academia Alcedo, una exposición colectiva de pintura puneña denominada “Los Pintores del Lago” con motivo de celebrarse el IV Centenario de la capital del Perú. Desde entonces, la crítica los conocería con este nombre. El éxito de esta muestra motivó posteriormente la visita a Puno de los reconocidos pintores José Sabogal, en ese entonces director de la Escuela de Bellas Artes de Lima, además de Cota Carvallo y Carmen Saco, quienes sin duda, influyeron en los Laykakotas. Recibieron también ese año, la visita del argentino José Malanca y el boliviano Crespo Gastelú, además de otros notables personajes como Uriel García, Estuardo Núñez y Gloria Serrano. Esta última, poetisa y esposa del pintor boliviano Crespo Gastelú, impresionada por la plástica de los Laykakotas escribió: “Para la fuerte pintura del Grupo Laykakota, donde vibra con mayor sonoridad el alma del ande, donde sus hombres tienen reciedumbre de cordillera suavizada por ensueño del lago, todo nuestro cariño y homenaje. Hacemos votos porque sus pintores de Puno unidos con los del Tiawanaku levanten el verdadero arte americano”11. Finalmente, este año se realizó una exposición fotográfica de Noe Fernández y los Laykakotas hicieron una exposición en la ciudad de Tacna. En 1936 realizaron una exposición en la Feria Exposición de Folklore Departamental de Puno. En este evento, Amadeo Landaeta recibió la Medalla de Oro y Florentino Sosa, Joaquín Chávez y Elva Echave, las de Plata. Esta última, realizó también una exposición de caricaturas. Por último, llegó a Puno la pintora Julia Codecido. En 1936, Florentino Sosa y Amadeo Landaeta realizaron una exposición en La Paz, Bolivia. Luego, en 1937, Amadeo Landaeta, Juan Peñaloza, Florentino Sosa y Gustavo Zegarra expusieron en Viña del Mar, Chile. Allí, Landaeta obtuvo la Medalla de Plata. En ambas ocasiones recibieron notables elogios de la crítica especializada y obtuvieron gran éxito económico en la venta de los cuadros. En 1937 varios de los Laykakotas enviaron lienzos a una exposición en París. Durante este año realizaron otras exposiciones locales en el Colegio San Carlos y en la Segunda Feria Exposición de Folklore Departamental de Puno. En 1938, Amadeo Landaeta expuso en el Club Unión de Puno, al celebrar 25 años de su vida artística. Al año siguiente, en 1939, lo hizo en Lima. En 1939 llegaron a Puno el pintor boliviano Jorge Gil Coimbra y el limeño Enrique Camino Brent. También llegó el argentino Francisco de Santo, quien quedó maravillado con el paisaje puneño y pintó un hermoso mural en el Mercado Central de Puno, el cual, treinta años después, el 29 de noviembre de 1969, quedó en escombros tras haberse caído el techo del mercado a consecuencia de una granizada.12 Así, los Laykakotas tuvieron relación con todos estos pintores foráneos que llegaron a Puno, además de otros como Camilo Blas, Jorge Vinatea Reynoso y el argentino Ernesto Lanziuto, con quienes realizaron actividades diversas y de quienes aprendieron técnicas y conocimientos. Asimismo, con muchos de ellos consolidaron amistades profundas.13 Sin embargo, a principios de 1940 el Círculo Pictórico Laykakota dejó de funcionar. Las razones son desconocidas. ¿Acaso, porque cada uno de sus miembros empezó un camino individual dentro de su quehacer artístico? o, lo que es más probable, que cada cual asumió mayores responsabilidades laborales que terminaron por apartarlos del quehacer artístico, considerando que la mayoría de ellos no eran pintores profesionales, sino que ostentando diversos cargos, dedicaban parte de su tiempo a su afición a la pintura. En ese sentido, tan sólo Carlos Dreyer, de los miembros de la primera época, podría considerarse como el único que vivía de su pintura, además que tenía un taller bien equipado y trabajaba con eficaz disciplina.14 De la promoción de la segunda época, también puede nombrarse a Francisco Montoya Riquelme como uno de los pocos que continuó con la labor pictórica a cuestas durante toda su vida, ora como creador, ora como profesor de arte. Puede resumirse que el Círculo Pictórico Laykakota en sus siete años de actividad (1933-1940) desarrolló una labor de proyección pictórica no sólo local y nacional, sino internacional, además de “crear una pintura indigenista, sólidamente autóctona.”15 He ahí su valor. Luego de su disolución, muchos de sus integrantes continuaron desarrollando una labor artística y cultural que en el devenir de los años les otorgó un lugar importante en la historia de Puno, en cambio, los nombres de muchos otros desaparecieron para siempre. El crítico francés Henry Tracorl del Journal de París dijo del arte de los Laykakotas: “Tengo que expresar mi admiración para el esfuerzo del grupo de ´Los brujos del Lago` y mi esperanza de que los pintores puneños, lograrán crear una pintura autóctona, tan diferente a la europea, en sus modelos y en su técnica.”16 En 1941, Francisco Montoya, tras haber sido miembro del Círculo Pictórico Laykakota, formó parte, junto a otros intelectuales y artistas de Puno, de la directiva que fundó el mismo año, el Instituto Americano de Arte de Puno, institución que hasta nuestros días se mantiene vigente.17 Así, en cierto modo, “el Instituto Americano de Arte absorbió al grupo Laykakota y desde entonces se convirtió en un centro de actividad plástica muy importante”, afirma Tamayo Herrera en su ya citado libro Historia Social e Indigenismo en el Altiplano. Actualmente, algunos de los cuadros de los miembros del Círculo Pictórico Laykakota, pueden verse en el Salón de la Pinacoteca del Museo Carlos Dreyer de Puno. Se encuentran “Templo de Pomata” de Carlos Rubina Burgos; “Viuda en el cementerio” (1933) de Gustavo Zegarra Villar; “Iglesia de Lampa” (1934) de Amadeo Landaeta; “El arado de la tierra” (1945) de Florentino Sosa; además de uno sin nombre de Joaquín Chávez e igualmente uno de Carlos Dreyer. Cabe señalar también que en este Salón pueden apreciarse cuadros de Enrique Masías Portugal, entre ellos, “Chullpas de Cutimbo” (1922) “La calle de los puentes, la calle Puno” (1927), “Paisaje de Tingo Grande” (1927) y “Balsa de Totora” (1922), este último con la siguiente dedicatoria: “Para el Consejo Provincial de Puno, mi tierra natal.” Finalmente, pueden verse cuadros de Domingo Pantigoso, “Casa del Conde de Lemus”, “India de Capachica” e “Indio alcohólico”; de Camilo Blas, “Chutillo, aborigen quechua” y “Sin título”; y de los argentinos José Malanca, “Calle Deza” (1937) y Ernesto Lanziuto, “Calle Colonial” (1941), además de otros desconocidos como José Yukimura, “Chullpas de Acora” (1923) y T. Ponce, “Paisaje” y “Chacareros de Huaraya” (1927)18. Por otro lado, en la Pinacoteca del Club Kuntur de la ciudad de Puno, pueden verse los cuadros: “Balsero” (1935), “Paisaje puneño” (1936) y “Paisaje del lago – Huaje” (1937) de Gustavo Zegarra Villar; “Calles de Puno”, “Calle de los puentes” y “Calle de Puno” de Luis Neira; “Balsero Capachiqueño” de Francisco Montoya; “Balsas del Titicaca” (1930) de Genaro Escobar; “Paisaje lacustre” (1930) de Amadeo Landaeta; “Los uros” (1935) y “Paisaje lacustre de Puno” de Carlos Rubina; “Vendedores de kesanas” (1936) de Florentino Sosa; e “Indio de Taquile” de Carlos Dreyer. Además, “Balsas” (1935) de Juan Talavera Cabrera; “Campesino” y “Capachiqueña” de Francisco Chávez; “Calle de Puno” y “Casonas de Puno antaño” del argentino José Malanca; y “Puno” (1937) y “Paisaje ciudad urbana” (1941) que equivocadamente se les atribuye a Ernesto Lanza y Ernesto Lanyash, respectivamente, cuando se trata del pintor argentino Ernesto Lanziuto.19 Asimismo, existen algunos otros cuadros que se encuentran en colecciones de personas particulares y más bien, muchos otros, que se han perdido definitivamente en el tiempo.
Cuadro 2: Rumbos de la pintura puneña20 La historia y producción de la pintura puneña puede empezar a escribirse y articularse a partir del Siglo XX con la identificación de cuatro momentos claros e importantes que han configurado una diversa expresión artística a nivel de técnica y discurso y que se mantiene con el pincel de no pocos cultores y cultoras del color hasta el día de hoy. El Primer momento guarda la figura y presencia de Enrique Masías Portugal, paisajista y torero, considerado como el precursor de la pintura puneña, que realizó su primera exposición en Puno en 1922. Años más tarde, serviría de ejemplo, para que se consolidara el llamado Círculo Pictórico Laykakota. El Segundo momento está determinado por el trabajo que desarrolló el Círculo Pictórico Laykakota entre 1933 y 1940, –comentado ampliamente en la primera parte de este estudio–, que se convirtió en el primer cimiento orgánico que desarrolló e influyó la futura plástica puneña. Hay que destacar que en los últimos años del Circulo Pictórico Laykakota, se integraron, entre otros miembros, Simón Valencia y Francisco Montoya Riquelme, este último acuarelista y promotor cultural, fundador de la Escuela de Bellas Artes de Puno, considerado como “El último Laykakota”, que luego, jugaría un papel importante como bisagra y puente con la nueva generación de pintores puneños que fundarían el Grupo Quaternario. Así, el Tercer momento de la plástica puneña está determinado por la creación en 1983 del Grupo Quaternario, poco más de cuarenta años después de los Laykakota. Este Grupo estuvo integrado por una nueva promoción de pintores en su mayoría provenientes de la Escuela Regional de Educación Artística, ex Bellas Artes de Puno y hoy Escuela Superior de Formación Artística (ESFA), entre ellos Martín Gómez, Aurelio Medina (Moshó), Yemy Alemán, Benigno Aguilar (Páucar), José Luis Cáceres Barriga (Jolucab), Anarco Valencia, Alberto Cáceres, Sixto Ruelas, Betty Reboa, Raúl Huayna, entre muchos otros que, desde entonces y hasta hoy, han desarrollado una labor creativa y artística permanente. Si bien Quaternario recibió el aporte pictórico del Círculo Laykakota gracias a la presencia viva de Francisco Montoya, también apostó por una renovación de la plástica puneña como un grupo “abierto a todo estilo, técnica, temática y contenido”21. Con ello, su pintura se alejó en cierto modo del indigenismo tradicional y empezó a crear un nuevo discurso del paisaje altiplánico con una mayor solvencia técnica y desde una perspectiva más intimista y personal de cada uno de sus integrantes. Luego de su disolución en 1992, la mayoría encontró caminos y estilos distintos de creación pictórica.22 En la década del 90, aparecen en escena nuevos nombres de artistas que, sin estar articulados a un grupo y en algunos casos sin ser necesariamente puneños desarrollan un trabajo importante para la plástica puneña, reflejado en la influencia que ejercerían en futuras promociones. Entre ellos destaca nítidamente David Frías quien se afinca en Puno por muchos años y desarrolla en esta ciudad lo más fundamental de su obra. También encontramos a Otto Arones, Olger Valderrama, Joseph Lora, los hermanos Cahuana Quispe, entre otros. Esto servirá correlativamente para lo que podría identificarse como el Cuarto momento de la plástica puneña, de cara al Siglo XXI, en los primeros años del 2000 y hasta nuestros días, en que surge una nueva promoción de pintores provenientes de la ESFA y de la Escuela Profesional de Arte de la Universidad Nacional del Altiplano, que de forma individual apuestan por una nueva renovación de la plástica en cuanto a la experimentación de las técnicas, la conceptualización de los motivos y la originalidad del discurso, muy destacable en algunos casos. Entre ellos tenemos a Max Castillo, Juan Gómez (Juandino), Arturo Toledo, Andrés Galindo, Hugo Pari, Pilar Sara, Nilton Vela, entre otros y otras, que desde sus individualidades intentan encontrar un estilo y técnica que los represente de manera personal, manteniendo una visión que trasunta el leitmotiv del gran tema del altiplano puneño pero que también en algunos otros casos, no terminan por despercudirse del lugar común de la plástica puneña. Hay que añadir, como dato nuevo, que en febrero 2012, se ha fundado el Círculo Pictórico Cultural Andino Titiqaqa, como institución cultural, “dedicada a rescatar la brillante trayectoria de la pintura altiplánica. Promocionar nuevos valores del arte pictórico; y consecuentemente, superar lo que en un determinado momento del ayer, hicieron realidad los maestros de la pintura puneña”, según se afirma en el catálogo de presentación de su primera exposición realizada en Puno en el mismo mes de febrero. Por el momento, parece ser una agrupación de pintores y artistas de distintas generaciones con el objetivo de hacer actividad cultural-artística en favor de la difusión del arte puneño. Habrá que seguirle la pista para ver con mayor profundidad sus motivaciones y actividad. “Nuestra responsabilidad pictórica pertenece al futuro”, reza su presentación. Cuadro 3: Pintores fuera de Puno / Develando el anonimato Hace falta todavía un estudio que analice y sistematice la presencia y producción pictórica de artistas puneños formados fuera de Puno que han desarrollado su carrera en otras ciudades con gran éxito. Por otro lado, hace falta investigar el trabajo de algunos otros pintores poco conocidos que necesitan ser revalorados y ubicados en el largo recorrido de la plástica puneña. En el primer grupo podemos citar, brevemente, al consagrado Víctor Humareda (1920-1986), icono de la pintura peruana y puneña, que no se adhirió a ningún grupo pictórico. Su originalidad y excentricismo estuvo por encima de todo. Muy joven dejó Puno para seguir estudios de arte en Lima y posteriormente convertirse en un importante pintor, considerado como el forjador del expresionismo en el Perú. También encontramos a Juan de la Cruz Machicado, nacido en Yunguyo en 1935, y que actualmente es un prestigioso pintor reconocido a nivel mundial. Su obra ha madurado y se ha fortalecido en la ciudad del Cusco donde ha vivido desde muy joven. Hay otros nombres como Milton Montufar Condorena (1953-2002), Fernando Cáceres, Domingo Huamán Peñaloza, Ernesto Apomayta, entre otros, que ameritan un estudio más detallado.
En el segundo grupo, nos referiremos escuetamente a Demetrio Peralta Miranda (1910-1971), que bajo el seudónimo de Diego Kunurana, desarrolló un trabajo pictórico casi desconocido hasta hoy23, que abarca por lo menos un conjunto de cien obras que se han podido rescatar y conservar, aunque todavía poco difundidas y que se enmarcan en una temática andina y urbana con un marcado contenido social, seguramente en correlación a su ideas políticas socialistas y revolucionarias. Aunque se sugiere que Kunurana formó parte del Grupo Orkopata, donde sus hermanos Arturo (Gamaliel Churata) y Alejandro eran los artífices principales, aún falta establecer su presencia en su real dimensión. Por lo pronto, en varios números del Boletín Titikaka24, aparecen xilografías y grabados suyos, que formarían parte de su inicial obra artística, aunque ello no asegure su inclusión en Orkopata, por lo que queda pendiente profundizar el tema. Lo que sí parece estar más claro, es que Diego Kunurana no fue parte del Círculo Pictórico Laykakota. En principio, no hay ninguna referencia de su nombre en el trabajo que desarrolló este círculo y en segundo lugar, en el tiempo que Laykakota estuvo activo (1933-40), Kunurana al parecer estuvo fuera de Puno, ya que pasó sus días en Puerto Maldonado (al menos 1931-32) preso por sus ideas políticas, en el gobierno de Luis Sánchez Cerro, para después volver a Puno –no hay precisión en el año–, y dirigirse en seguida a Arequipa, a la casa de su abuelo donde empezaría a pintar con mayor profusión. Por ahora, es la única información que se tiene de sus actividades en esta década. Posteriormente, a partir de la década del 40, se instalará definitivamente en Lima. Es probable que hasta su muerte en 1971. De este modo, parece ser que fue en Arequipa y Lima donde desarrolló más extensamente su trabajo pictórico, haciendo énfasis en un contenido urbano y social. Una primera hipótesis del trabajo que venimos elaborando sobre Kunurana, es que podría ser situado como anterior al Círculo Pictórico Laykakota, es decir, en el Primer momento del que hemos hecho referencia en este estudio. NOTAS 1. Extractos del Capítulo III del libro El último Laykakota, biografía de Francisco Montoya Riquelme. Christian Reynoso. 2008. Lima: Lago Sagrado Editores, Pp. 17-27. 2. Apunte personal de Francisco Montoya (sin fecha), que titula “Exposiciones en Puno”. Consigna como fuente: “Del Álbum del Dr. Landaeta”. Este Álbum, es una especie de Libro de Actas de uso personal donde, en efecto, Landaeta consignó apuntes, recortes e información sobre su pintura y el Círculo Pictórico Laykakota. Actualmente dicho documento se encuentra en manos del escritor José Luis Ayala. Para más información sobre Landaeta puede verse en el diario Los Andes del 26 de noviembre 2002, una reseña biográfica sobre él, escrita por Ignacio Frisancho Pineda. 3. Apunte personal de Francisco Montoya Riquelme. Archivo de Christian Reynoso. 4. “Entrevista a Florentino Sosa por Efraín Miranda y Walter Tapia”. En: Revista del Instituto Americano de Arte Nro. 12. Puno, noviembre 1978. 5. Tamayo Herrera, José. 1982. Historia social e indigenismo en el Altiplano. Lima: Ediciones Treintaitrés. Pp. 345. 6. Ibíd. Pp. 345. 7. Ibíd. Pp. 346. 8. Ibíd. Pp. 346. 9. Apunte personal de Francisco Montoya. No obstante, en una entrevista de Luis Gallegos a Francisco Montoya en el diario Los Andes del 4 de noviembre de 1980, Montoya afirma: “Hemos fundado el Círculo Pictórico Laykakota en el año 1940”. Como se ha visto, el Círculo se fundó en 1933 y Montoya Riquelme se incorporó en 1936. Es posible que haya un error en la edición de la entrevista. 10. La información que se consigna en torno a las actividades y exposiciones del Círculo Pictórico Laykakota ha sido sistematizada a partir de: Apuntes personales de Francisco Montoya Riquelme (sin fecha); José Tamayo Herrera, Historia Social e Indigenismo en el Altiplano, Op. Cit.; Revistas del Instituto Americano de Arte Nros. 10 y 12. Puno, 1966 y 1978, respectivamente; y José Herrera y M. A. Gonzáles, en: "Álbum de Puno", Puno, 1937. 11. Gloria Serrano escribió esta dedicatoria en el “Álbum del Círculo Pictórico Laykakota”, según se dice en el artículo “Circulo Pictórico Layccakota”, sin firma, publicado en el “Álbum de Puno” de José Herrera y M. A. González. Puno, 1937. Así, este “Álbum del Círculo Pictórico Laykakota” no es otro que el Álbum de Amadeo Landaeta al que ya hice referencia. 12. El mural tenía aproximadamente 15 metros de largo por 6 de alto y estaba en la pared interna del mercado que actualmente da al jirón Oquendo. Tenía como fondo la Isla Estévez y el muelle de Puno. Mostraba el trueque que realizaban las mujeres puneñas y capachiqueñas en la orilla del lago, donde intercambiaban quesos, huevos, papas y otros productos. En ese entonces, cuando De Santo pintó el mural, las autoridades municipales le ofrecieron un emolumento de S/. 300.00 soles, que en realidad fue una ayuda simbólica, no obstante que el pintor tuvo que regresar a su país para adquirir los materiales de pintura que se le agotaron mientras pintaba el mural y que en el Perú no había. En una carta de fecha 23 de noviembre de 1939, La Paz. (Archivo personal de Francisco Montoya), el pintor boliviano Gil Coimbra agradece a Montoya la deferencia que ha tenido al haberle enviado fotografías de dicho mural. Además afirma: “Seguramente visto al natural y por las dimensiones del mismo, no es posible reprochar el recargo de figuras en un campo tan movido como es el del primer plano.” Hay que añadir que si bien hasta hace pocos años no se había dado a conocer registro alguno de este mural, ahora pueden verse algunas fotografías en: http://casadelcorregidor.pe/arquitectura/arquitectura_Puno.php 13. Por ejemplo, en el Archivo personal de Francisco Montoya puede verse una impresión en papel del óleo “El Señor de los Temblores, procesión de Lunes Santo” (Cusco. 1937) de Enrique Camino Brent dedicada afectuosamente a él, en fecha 8 de mayo de 1939. 14. En el libro ya citado de Tamayo Herrera puede leerse una apreciación de la labor y la plástica de cada uno de los miembros fundadores del Círculo Pictórico Laykakota. 15. Ibíd. Pp. 349. 16. Cita incluida en el artículo “Circulo Pictórico Layccakota”, sin firma, en el “Álbum de Puno” de José Herrera y M. A. González. Puno, 1937. 17. En el Capítulo VII de El último Laykakota, biografía de Francisco Montoya Riquelme. Op. Cit., se trata ampliamente de la creación, historia y actividad del Instituto Americano de Arte. 18. El administrador del museo, Bladimir Arohuanca, en entrevista realizada en 2007, señala que en el depósito de la Municipalidad Provincial de Puno, existen más cuadros, que por su estado deteriorado no son exhibidos. Es probable, entonces, que entre ellos aún puedan encontrarse más obras de los Laykakotas. 19. En diciembre 2007, el Club Kuntur de Puno editó el Catálogo de los Bienes Culturales Muebles de la Pinacoteca “Círculo Pictórico Laykakota” Los brujos de lago. Documento importante que registra y cataloga los numerosos cuadros que se encuentran en su poder. Sin embargo, reproduce una serie de artículos y textos sin firma ni fuente de referencia, lo que le resta seriedad y valor bibliográfico. A ello se suma la constatación de datos inexactos e incongruentes en torno a un mismo hecho. Parte de los cuadros del catálogo, en mención, se puede ver en: http://wpqsdossier.blogspot.com/2011/09/pintura-punena.html 20. Fragmentos del texto de Presentación del catálogo del “Primer Salón de la Pintura Puneña Contemporánea”, realizado en el Complejo Cultural Chávez de la Rosa – UNSA, Arequipa, en noviembre 2011. 21. Catálogo del V Salón Anual “Francisco Montoya” organizado por el Grupo Quaternario en Puno, 1987. 22. Mayor información sobre el Grupo Quaternario en Cap. XII de El último Laykakota, biografía de Francisco Montoya Riquelme. Op. Cit. 23. Algunos rasgos biográficos sobre Kunurana, que configuran un importante punto de partida para estudios posteriores, pueden leerse en “El orkopata desconocido: Diego Kunurana” de Pedro Pineda Aragón, sobrino nieto del artista, en revista Pez de Oro, Nro. 13, 2006, Puno. Pedro Pineda, además, gentilmente ha permitido, al autor de este texto, fotografiar los cuadros de Kunurana para realizar futuros estudios. Asimismo, puede leerse una semblanza biográfica de Demetrio Peralta en: http://casadelcorregidor.pe/personajes/per_Demetrio_Peralta.php 24. La publicación que hizo el Grupo Orkopata de 1926 a 1930. |