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El conflicto en Puno y conducta de sus actores desde un enfoque intercultural

Ana M. Pino Jordán
Grupo de Estudio: Interculturalidad
Puno, junio del 2011

El desarrollo de la humanidad ha sido posible gracias al “conflicto”; en consecuencia es un término que debemos entenderlo como oportunidad de crecimiento y no tan sólo como problema. En la cultura andina, resulta aún más importante pues su sentido de vida está regido por principios que requieren de dos partes: reciprocidad, complementariedad, correspondencia, cuyo equilibrio es “el tercero incluido”1 que va restablecer equidades y armonías. Me atrevería a afirmar, que los andinos tienen una cultura más desarrollada en el tratamiento y solución de conflictos.

Los conflictos más grandes están relacionados con el PODER, con la lucha por imponer hegemonía y/o dominación (de unos sobre otros), y en esa práctica, la cultura de occidente, que es la dominante en el país, es la que ha logrado un mayor desarrollo.

Para situarnos en el contexto actual, es necesario intentar hallar las raíces del problema pero en positivo; es decir, no para echar culpas sino para encontrar soluciones. En esa perspectiva debemos ubicar que las repúblicas, producto de las campañas independentistas en nuestra América india, nacieron con un pecado original cual fue el no recoger las experiencias de gobierno propias2, sino organizar al Estado con el modelo europeo de la ilustración. Modelo que, además, fue resultado de una lógica de vida, distinta a las que se desarrollaron en América y que pese al dominio colonial, seguían vigentes en el siglo XIX.

Voy a dar un salto histórico hasta nuestros días; en donde se evidencia dos cosas:

  1. Por un lado, que más del 90% de los conflictos sociales del país son originados por el accionar del Estado;
  2. Por otro, que el país está fraccionado en dos Perú y si analizamos el último proceso electoral, está polarizado. Pero esta polarización, va más allá de inequidades socio-económicas-políticas; se corresponde con la pluralidad cultural de la sociedad peruana.

En consecuencia, los organizadores de este evento, han ubicado acertadamente, la necesidad de revisar la conducta de los actores de este conflicto para, me imagino, orientar el desarrollo de cualquier diálogo intercultural (entre culturas) que se deba dar:

a) actores estatales, son las instituciones que conforman el aparato del Estado, el cual se estructura con tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.  Los funcionarios, se llaman así porque ejercen una función dentro de ese aparato, no actúan a título personal, no deciden individualmente, deciden en función a leyes y políticas de estado. Los gobiernos regionales y locales, son también actores estatales, sus funciones están regidas por leyes y su accionar por políticas. Es un corpus homogéneo, pues el Estado es unitario y garantiza la igualdad.

b) actores de sociedad civil, son personas o instituciones que están regidas por su voluntad, ya sea individual o asociativa. Esta voluntad, que se ubica fuera de la esfera estatal, está también limitada por leyes. Entonces, la conforma una gran diversidad de gente que actúa a título personal o en colectivos, institucionales o no, llámense gremios, colegios profesionales, organizaciones sin fines de lucro, asociaciones de empresarios, clubes, comunidades, etc.

Partiendo de esta caracterización ya podemos vislumbrar conductas distintas que no tienen punto de encuentro, ya que el Estado esta diseñado de tal forma que no puede recoger toda la diversidad de la población que cobija.

Pero en nuestro caso particular (Región Puno); la diversidad va más allá de clase social por ejemplo, o de poder adquisitivo; si se limitara a ello, con políticas de inclusión social o programas de lucha contra la pobreza, se podría, en un horizonte de tiempo determinado, homogenizar las oportunidades de todos los miembros de la sociedad. Ese intento de homogenización fue la misión de todos los colonizadores desde hace más de 500 años y el resultado no puede más que frustrarnos cada día porque las brechas en lugar de acortarse se agrandan.

La diversidad en nuestra región, y en general en el país, tiene que ver fundamentalmente con dos formas distintas de concebir el mundo, darle sentido a la vida y a nuestro lugar en el mundo, que es lo que sustenta el concepto de cultura. A riesgo de ser muy breve; intentaré caracterizar estas dos formas de sentir la vida – ambas resultado de construcciones sociales en la historia; en consecuencia, con la misma legitimidad y valor – para mostrar un poco como se expresan las diferencias en la práctica y ustedes podrán darse cuenta, por qué chocan y se vuelve conflictiva la convivencia.

Para entenderlo mejor, imagínense el proceso que tienen que seguir para confeccionar un textil; vamos a usarlo para comprender la configuración de una cultura. El textil tiene trama y urdimbre que viene a ser su matriz; igual la cultura. Veamos la matriz de dos culturas que conviven en nuestra región:

Cultura occidental (eurocéntrica)

Cultura andina

Su concepción del mundo es antropocéntrica; es decir que todo gira en torno al ser humano como sujeto libre, que tiene dominio sobre la naturaleza

Su concepción es holista; es decir que todo se relaciona; todos somos sujetos interdependientes; el ser humano es parte de la naturaleza

Su concepción del tiempo es lineal

Su concepción de tiempo es cíclica3

El sujeto individual prevalece

El sujeto es colectivo

Su visión de economía se sustenta en el modelo de acumulación de bienes y riqueza (crematístico) cuyo eje es el mercado

Su visión de economía se sustenta en un modelo de seguridad (“vivir bien”), en donde el mercado es una de sus estrategias

Su base jurídica se sustenta en el derecho romano (leyes)

Su base jurídica se sustenta en el derecho consuetudinario (usos y costumbres)

Su institucionalidad es vertical y jerárquica

Su institucionalidad es horizontal y concertada

El ejercicio democrático privilegiado es el representativo vía partido o grupo político

El ejercicio democrático privilegiado es el de participación directa

Démonos cuenta que cada urdimbre de cultura sostiene una trama de prácticas de vida diferentes y si seguimos podemos encontrar más diferencias; es un primer paso el entenderlas en su propio contexto cultural y con sus propias categorías (autenticidad). El paso siguiente es establecer el diálogo que va más allá de una simple conversación; lo que tiene que entrar en diálogo son estas diferencias que corresponden a lógicas de vida distintas, de allí que el diálogo intercultural se denomine también diálogo dialógico (diálogo a través de lógicas). Resultado de ello será el ubicar las “equivalencias de sentido” que permitirán el entendimiento y la solución del conflicto.

Pero para que eso sea posible es necesario contar con facilitadores interculturales y el gran desafío, tanto para el Estado como para los pueblos hasta hoy invisibilizados, es formarlos.

Una meta más ambiciosa es lograr un Estado plural, que legitime las diferencias y las incluya en la configuración de un Estado que cobije a todos. La Constitución política reconoce, declarativamente, la pluralidad cultural pero hay que hacerla efectiva. Existe un instrumento que es el Convenio 169 de la OIT: utilicémoslo para darle contenido y praxis a esa pluralidad.


NOTAS

Tema tratado en el Taller de capacitación: “Protección de los recursos naturales de los pueblos indígenas”; organizado por Derechos Humanos y Medio Ambiente, Puno, 15-16 Junio del 2011.

1. Fernando, Montes Ruiz. http://casadelcorregidor.pe/colaboraciones/_biblio_Montes_Ruiz.php (14/6/2011)

2. Los  Wari, Inca y Aymara, desarrollaron experiencia de Estado. Ver, entre otros: Tristan Platt http://casadelcorregidor.pe/colaboraciones/_biblio_Platt.php (14/6/2011)

3. Blithz Lozada Pereira. http://casadelcorregidor.pe/descarga/Lozada%20Pereira%20Blithz.pdf (14/6/2011)


Publicado en: Diario Los Andes. Lunes 27 de junio 2011. Año 83. Nº 23949. Pág. 4

Un comentario

  1. De: Kailyn
    Fecha: Sep 16, 2011

    A million thanks for posting this infromation.

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