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Pierre Morlon, investiga desde hace más de 25 años
los sistemas agrícolas campesinos en los Andes Centrales. En
esta oportunidad ha enviado, como su contribución para los que
quieren re-pensar a problemática de Puno, el artículo
presentado a continuación.
RENDIMIENTOS DE CULTIVOS Y ECONOMÍA DE PEQUEÑAS
FINCAS FAMILIARES: UN EJEMPLO DE LOS ANDES CENTRALES (**)
Introducción
Para poder identificar mejor los objetivos de la investigación
agronómica y el trabajo de extensión, se necesitan conocimientos
detallados de los rendimientos obtenidos por pequeños agricultores
y comprensión de las interrelaciones entre estos rendimientos
y las condiciones naturales del medio ambiente, la tecnología
y prácticas usadas, y la economía de las pequeñas
fincas familiares.
En los Andes del Perú y Bolivia, las observaciones y mediciones
de campo muestran rendimientos a veces mayores que los registrados en
estadísticas oficiales o anotados en encuestas (Hibon 1981 ;
Horton 1984; Morlon 1990). Reflejan una variabilidad extrema, en todos
los cultivos, entre:
- Años
- Categorías de los productores
- Productores individuales dentro de una categoría
- Diferentes parcelas cultivadas por la misma
familia.
Esta última fuente de variación puede ser explicada, en
gran parte, por el hecho de que la misma familia puede cultivar parcelas
en diferentes zonas agro-ecológicas (Mayer 1985). Algunas parcelas
se cultivan intensivamente, con fertilizantes químicos, pesticidas
y variedades modernas de plantas, y otras, se trabajan de la manera
tradicional con pocos insumes comprados.
La variabilidad de las cosechas dentro de las mismas categorías
de productores significa que las recomendaciones dirigidas a grupos
de productores, basadas en resultados promedio, no tienen sentido.
Los rendimientos pobres no deben ser vistos aisladamente, sino como
el extremo más bajo de una amplia gama. En el pasado, con demasiada
frecuencia, se han extraído conclusiones erradas al considerar
los bajos rendimientos a su valor nominal.
No es suficiente saber cuáles son los rendimientos - también
se deben explicar las cifras.
De la necesidad de evaluar con precisión los rendimientos surgen
varios temas metodológicos y conceptuales (Morlon 1988,1990a):
- Entrevistas versus mediciones directas en el
campo
- Frecuencia en que se lleva a cabo el muestreo
- Cómo evaluar los rendimientos en situaciones de
cultivos intercalados
- Cómo evaluar los productos derivados de la
producción de cultivos (forraje para el alimen-
to de animales puede ser tan importante para
el agricultor como el grano en el cual el técnico
externo generalmente enfoca toda su atención)
- Elección de criterios de productividad a la luz
de los factores percibidos como limitaciones:
rendimientos por hectárea, productividad de
mano de obra (Bourliaud et al. 1988); devolu-
ción de la cantidad de semillas usadas, eficien-
cia de irrigación, etc.
Los Rendimientos como Consecuencia de Estrategias de la Pequeña
Agricultura
Comercialización: Una limitación para la producción
Con frecuencia se ha observado que los pequeños agricultores
limitan su producción para el mercado, ya sea por los bajos precios
recibidos de voraces intermediarios en sistemas de comercialización
obsoletos (Sabogal Wiesse 1966), o porque la demanda es baja. Grandes
empresarios y agro-industriales prefieren comprar en lote cargas uniformes
de alimentos importados, con frecuencia a precios artificialmente bajos,
subsidiados, que recolectar los muchos pequeños y diversos excedentes
producidos por pequeños agricultores, que nunca son subsidiados.
Por eso, la producción de subsistencia emerge no como un rezago
del pasado, sino como respuesta a problemas muy reales y persistentes.
Combinados con riesgos naturales de una pobre cosecha, los problemas
de comercialización inducen a los agricultores a minimizar la
compra de insumos, ya que no pueden estar seguros de recuperar ni siquiera
el costo de éstos a través de la venta de excedentes,
y menos aún tener una ganancia. Esto ocurre frecuentemente con
cultivos que normalmente se consumen en la finca en cualquier caso,
cuando el índice entre los precios del mercado y costos de producción
es desfavorable, y en las zonas agro-ecológicas donde es más
riesgosa la producción. Por otro lado, se sabe que los productores
en el extremo inferior de la gama económica y en las circunstancias
más precarias, adoptan sin dudar, técnicas nuevas, más
productivas, cuandos éstas pueden ser adaptadas a su situación
y son percibidas como capaces de dar réditos más confiables
que las otras actividades económicas de la familia. Esto explica
por qué los mismos agricultores aplican prácticas tradicionales
sin insumo comprados para parcelas en una zona, y se vuelcan a tecnologías
modernas que usan un alto nivel de insumos en cultivos que crecen en
otras zonas.
Competencia por la mano de obra
Los rendimientos por área unitaria dependen de la elección
de prioridades decidida por la unidad familiar - principalmente la elección
entre actividades agrícolas y no agrícolas. En 1978-79,
por ejemplo, estudiamos las actividades de dos familias de agricultores
en el altiplano Peruano (Montoya et al. 1986), aparentemente similares
en cuanto a tamaño, circunstancias económicas y propiedad
de tierra (un poco más de 0.5 hectárea cada una). Sin
embargo, en los campos de la primera familia, los rendimientos de papa
ese año estuvieron entre 15 y 40 t/ha, mientras que la segunda
familia cosechó un promedio de solamente 5.5 toneladas, con un
máximo de 9 toneladas. La diferencia no pudo ser explicada por
factores naturales ambientales. Lo que pasaba era que el jefe de la
primera familia había decidido no emigrar temporalmente ese año,
y dedicarse a trabajar en los cultivos para asegurar una buena cosecha.
En contraste, la segunda familia se había concentrado en actividades
fuera de la finca y había llevado a cabo demasiado tarde, o simplemente
no había hecho, ciertas operaciones de cultivos (tales como limpiar
la maleza). Algunas de las diferencias en la distribución del
componente de cultivos del sistema podría deberse a la propiedad
pecuaria, que también proporciona ingresos en efectivo.
Variabilidad
Brunschwig (1988 y comunicación personal) encontró que
los agricultores en la comunidad de Laraos cultivaban maíz en
andenes irrigados, a una altura entre 3,200 y 3,400 metros sobre el
nivel del mar, obteniendo un rendimiento promedio de 5,100 Kg/ha. Este
fue el promedio obtenido con variedades tradicionales sin uso de insumos
químicos comprados, en todas las parcelas de las cinco familias
estudiadas en un año en que el clima fue favorable. Sin embargo,
este promedio enmascaró extremos que iban desde 1,600 hasta 12,000
Kg/ha (Figura 1). Un rendimiento de 12,000 Kg/ha es sin duda excepcional,
pero deberíamos interesarnos en estas excepciones justamente
porque ilustran el considerable potencial de agricultura a pequeña
escala en esta zona y porque proporcionan una sorprendente respuesta
a la pregunta: '¿Qué rendimiento se puede obtener con
una agricultura tradicional?' Esta pregunta debería reemplazarse
por: '¿por qué no se obtienen estos altos rendimientos
en todas partes?'.
Figura 1
Variaciones de rendimientos de cinco campesinos en Laraos, en diferentes
campos irrigados de maíz, durante el mismo año.
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Los factores climáticos inevitablemente causan muchas variaciones
en diferentes años, y en el mismo año, entre los diferentes
campos. Como respuesta a esto, los agricultores tradicionalmente han
adoptado dos principales estrategias complementarias:
*Reducir el nivel de riesgo:
- Desarrollando el medio ambiente a través de
irrigaciones, andenes, campos con camello-
nes (estas tecnologías reducen la variabilidad
pero no la eliminan por completo)
- Labrando y trabajando el suelo de tal forma
que se reduzca o prevenga la pérdida de
agua, dependiendo de tipo de suelo, topogra-
fía y cantidad de lluvias (Lescano 1979; Bourliaud
et al. 1988)
- Adaptando la cobertura de plantas a las
características de microclima dominantes (en
especial, heladas)
* Diseminar el riesgo:
- A lo largo del tiempo: con fechas escalona-
das de siembra; deshidratando tubérculos
(para que los resultados de los buenos años
duren en los malos)
- En el espacio: explotando el número máximo
de pisos ecológicos (Murra 1975); cultivando
un gran número de parcelas dispersas,
"sal-
picadas" (Martínez 1981; Morlon
et al. 1982).
El resultado de esta estrategia de diseminación de riesgo es
multiplicar las combinaciones de componentes encontrados en los sistemas
agrícolas: lugares cultivados (suelo, clima, topografía),
multiplicado por las maneras de trabajar el suelo, multiplicado por
las especies y variedades que se cultivan, multiplicado por las fechas
de siembra etc., para que por lo menos algunas de estas combinaciones
sean productivas, cualquiera que sean las condiciones en la temporada
de cultivo. Esto explica la variabilidad de los rendimientos de diferentes
campos cultivados por la misma familia. Lo imprevisible del clima significa
que el agricultor no puede prever qué combinaciones van a ser
las mejores, y en realidad cada año solamente una pequeña
proporción de ellas produce rendimientos altos (excepto en ambientes
muy favorables, como las campiñas, que son campos irrigados protegidos
por cercos y bosques, en el fondo de los valles, a unos 3000 m de altura).
Los rendimientos de otras parcelas pueden ser muy bajos, y por lo tanto,
el promedio también.
En conclusión, el mirar los promedios no es útil para
mejorar la producción y la vida de los pequeños agricultores.
Para trabajar con mayor eficiencia, se debe comenzar por estudiar los
rendimientos obtenidos de muchos campos, y analizar los factores que
intervinieron en cada caso. No olvidemos que aún cuando los rendimientos
de cultivos afectan el estándar de vida de los productores, la
economía global de la unidad familiar de los pequeños
predios agrícolas es uno de los principales determinantes de
esos rendimientos. Es decir, factores tales como los momentos de ocio
de la familia, el procesamiento de los alimentos, obligaciones sociales
y oportunidades de ingresos fuera de las fincas pueden ser tan importantes
como los factores agronómicos y de manejo de los predios.
Bibliografía
Bourliaud,J., R. Reau, P. Morlón y D. Hervé. 1988. Chakitaklla:
Estrategias de barbecho e intensificación de la agricultura andina.
ORSTOM-PISA, Lima.
Brunschwig, G. 1988. Sistemas de producción en laderas de altura.
Bull. lFEA 15 (1-2): 27-52.
Hibon, A. 1981. Transfert de technologie et agriculture paysanne en
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Toulouse.
Horton, D. 1984. Social scientists in agricultural research: Lessons
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Lescano, J.L. 1979. Tecnología agrícola tradicional en
el Altiplano Peruano. 1er Seminario Nacional sobre Tecnologías
Adecuadas. Ayacucho.
Martínez, G. 1981. Espacio Lupaqa: Algunas hipótesis de
trabajo. 2da Jornada del Museo Nacional de Historia, Lima: 263-280.
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Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research, Symposium No. 91.
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Montoya, B., P. Morlon y S.Channer. 1986. Los sistemas agropastoriles
andinos: Un estudio de casos de cinco familias del Altiplano Peruano.
En: Actas del 5to Congreso Internacional de Cultivos Andinos, Puno.
Morlon, P. 1988. ¿Qué sabemos de los rendimientos de los
cultivos de los campesinos en el Perú? ¿Cómo interpretarlos?
En: Actas del 6to Congreso Internacional de Cultivos Andinos, Quito.
Morlon P. 1990. Que sait-on des rendements obtenus par les paysans dans
les Andes Centrales? Comment les interpréter? En: J. Bourliaud,
J-F. Dobremez y F. Vigny (editores), Sociétés rurales
des Andes et de l'Himalaya. Editions Versants, Grenoble.
Morlon, P, B. Orlove y A. Hibon. 1982. Tecnologías agrícolas
tradicionales en los Andes Centrales: Perspectivas para el desarrollo.
UNESCO/UNDP/COFIDE, Lima.
Murra, J.V. 1975. El control vertical de un máximo de pisos ecológicos
en las economías de las sociedades Andinas. En: Formaciones económicas
y políticas del mundo Andino. IEP, Lima.
Sabogal Wiesse, J. 1966. El maíz en Chacán. Primer borrador.
UNA, La Molina, Lima.
Fuente
Publicado por primera vez en 1990 en Sociétés Rurales
des Andes et de l'Himalaya, editado por J. Bourliaud, J-F. Dobremez
y F. Vigny. Publicado por Editions Versants, Grenoble, Francia. Reproducido
por gentileza del autor.
(**) En: Que los agricultores decidan. Evaluando la sostenibilidad
de la agricultura. ETC Andes, 1999, p. 129-135
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