|
|
|
Los ambientes que ustedes apreciarán son tan sólo una
parte de lo que fue la, ahora llamada, "Casa del Corregidor",
nombre dado por el Instituto Nacional de Cultura (INC).
El Corregidor fue una autoridad española hasta 1782, encargada
de administrar justicia, poner impuestos, ordenar y defender la ciudad.
La Casa fue construida por el Cura Silvestre de Valdés, el mismo
que quedó encargado de la construcción de la Catedral
luego de la visita del Conde de Lemos a Puno en 1668. En su testamento,
hecho en 1701, Silvestre de Valdés deja instituido que su casa
se convierta en Capellanía perpetua de misas. En 1707, es alquilada
a Don José Salcedo, Marquez de la Villa Rica de Salcedos.
Durante un siglo, La Casa convertida en Capellanía, sigue en
poder de la Iglesia; ésta la remata en 1802 y es adquirida por
Don Miguel Pasqual de San Román, quién en 1809 la cede
a Doña María Manuela de Orellana y Velasco, hija del que
fuera Corregidor de Puno, Don Joaquín de Orellana.
Es probable que Doña María Manuela a su vez cediera la
propiedad sobre esta casa a Don Manuel Cavallero, y a partir de esa
época, La Casa se divide y se desarrollan una serie de pleitos
sucesorios casi hasta 1900, fecha en que nuevamente se unifica la propiedad
por esfuerzo de Don Juan Manuel Gerónimo Costa Ondarza, que fuera
representante por Puno en el Senado de la República. A su muerte,
La Casa queda con las hermanas Costa Rodríguez, una de las cuales
es esposa de Don Carlos Dreyer Spohr, pintor alemán y coleccionista
de antigüedades. Su colección constituirá luego el
Museo Municipal Dreyer.
Los herederos de la familia Dreyer-Costa, venden en 1976 parte de La
Casa al Municipio puneño. La otra mitad, es declarada Monumento
Histórico de Arquitectura Colonial Doméstica en 1980 junto
con la propiedad, en ese entonces, de María de Noriega Vda. De
Barriga, que era el espacio ubicado entre la Casa y la Prefectura, que
hasta antes de 1841 fuera una calle y que la parte que quedara de ella
fue adquirida por Augusto Dreyer Costa y Christiane Lefebvre en 1981.
Christiane es arquitecto y realiza el trabajo de reconstrucción
más serio hecho a La Casa. Ambos venden todo el conjunto, al
Banco de la Central de Crédito Cooperativo del Perú (CCC)
en 1986. Esta entidad liquida su accionar en 1992 y sus bienes se rematan
de allí en adelante. En 1995, La Casa es adquirida en la 16º
convocatoria de licitación pública, por su único
postor Ana María Pino Jordán, su propietaria actual.
Colaboraron para poner La Casa como está actualmente el Arq.
Estuardo Núñez Carvallo, quien propuso el qué hacer
con las áreas libres anexadas al inmueble; serían luego
Fabbri & Kukurello, Estudio de Arquitectos, los que prepararían
los planos que permitirían presentar un expediente al INC para
su aprobación y Antonio Pino Jordán, el que con gran pericia
y cariño, se encarga del acondicionamiento del inmueble para
que funcione tal como lo encontramos ahora. Hubo aportes valiosos como
los de Dien Koomen y Andrés Lope que trabajaron las losetas que
hoy adornan el zaguán y el jardín; Vicente Jallo que talló
la pedrería, el Arq. Joseph Reyes Bedoya, con quien se escogieron
colores y detalles de la época. En general, Juan, Rafael, Víctor
y especialmente Mourik, Mauro, Zezé y Martha, además de
todos los que participaron en el trabajo que se presenta como esta parte
del camino en la historia de la Casa del Corregidor, han hecho su parte
con dedicación y amor por lo que es también de ellos:
PUNO.
HISTORIA
DETALLADA
(descarga de archivo: versión en español)
|
|
|
|
|
|
|