Querido visitante,

Permítame presentarle a La Casa del Corregidor, un lugar diferente, ubicado en pleno centro de la ciudad de Puno, en Deustua 576, a un costado de la Catedral y el Museo Dreyer.

En sus ambientes usted sentirá la tranquilidad y la calidez que, estamos seguros, le harán sentirse bien, en un patio con estilo puneño tradicional, con plantas, colores, lleno de historia y belleza.

La parte antigua de La Casa, y que conserva sus rasgos originales es la que va desde la calle al primer patio y cuya principal característica es su segundo piso y su zaguán.

Las paredes de la primera planta tienen 115 cm de ancho y se van angostando conforme aumenta la altura del edificio. La puerta es original y una de las evidencias que permitió ubicar el tiempo de antigüedad de La Casa.

La piedra del pórtico es del mismo tipo que el de las torres de la Catedral. Nótese en ésta, que el cuerpo tiene un tipo de piedra y un estilo de tallado diferente al de sus torres y la razón es que se construyeron en diferentes momentos, no sólo cronológicos sino también históricos y arquitectónicos.

Probablemente, esa fue una de las razones por la que La Casa fue catalogada como de arquitectura colonial doméstica del siglo XVIII.

Otra evidencia de antigüedad, son los azulejos con los que probablemente estaba recubierto todo el zaguán; sólo se han podido rescatar 4 de ellos, ubicados sobre el arco que da paso al jardín, visto desde la puerta de ingreso al inmueble; con ellos se puede tener una idea del motivo, los colores y la textura de las piezas, lo que indica también su época de vigencia (Siglo XVI).

Ya en el jardín, se puede apreciar varias hornacinas que albergaban posiblemente imágenes en bulto. La más impresionante y bella es la que se ubica debajo de la escalera de piedra, la que habría servido como pequeño oratorio, pues a mano derecha aún se aprecia el lugar en donde se dejaban libros o instrumentos de oración.

En el patio también se observan piedras talladas; en una de ella (la partida por la mitad) se lee claramente Año del Rey de 1732. Este tipo de piedras pertenecieron a pórticos de minas; y en el caso de las que adornan el patio de La Casa, habrían pertenecido a la mina El Manto.

La habitación del segundo piso con balcón a la calle fue el "cuarto" de Silvestre de Valdez, tal como se desprende de un contrato del alquiler fechado en 1707. Resulta lógico si tenemos en cuenta que el párroco Silvestre de Valdez quedó encargado por el Virrey Conde de Lemos de la construcción de la Catedral y que necesitaba vigilar el cumplimiento de esta tarea tanto administrativa como espiritualmente.

La Casa ha sufrido varias reconstrucciones y escisiones (1781, 1810, más o menos 1905, 1981, 2001). La última, ha conservado las partes más antiguas, ha rescatado parte de una calle, que fuera rematada públicamente en 1841, también el segundo patio y construido y reconstruido la infraestructura donde hoy se ubica la biblioteca. El área total de La Casa es de 600 metros cuadrados; sin embargo, sólo poco más de la mitad corresponde a su dimensión histórica original, la otra parte fue anexada en el tiempo y su otra mitad histórica es lo que constituye hoy el Museo Dreyer.

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