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El Instituto de Estudios Aymaras celebra en este 2005, 30 años
de vida institucional. Con este motivo, Diego Irarrázaval animó una conversa con los asistentes a la presentación
de tres publicaciones de IDEA. El salón multiusos estuvo repleto,
por lo que es imposible consignar el nombre de los asistentes, pero
los que participaron tuvieron intervenciones y aportes significativos,
por lo que sin más preámbulo pasaremos a presentar el
tema MODERNIDAD Y CAMBIO expuesto por Diego.
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EL TEMA:
Modernidad con ojos, inteligencia, oídos y manos andinas.
Al presentar Vicente el escrito de Simon Pedro, recordaba que sólo
la cultura andina es capaz de crear una modernidad original y democrática
conforme a los verdaderos intereses de estos pueblos. A mi parecer de
eso se trata: ¿cómo es que pueblos andinos, aymaras, quechuas
y mestizos, están recreando y construyéndose a sí
mismos como modernos y dando un aporte significativo a otros pueblos,
a otros lugares del mundo?. Creo que para que esto se lleve a cabo y
sea interpretado y entendido por los que no somos aymaras o quechuas,
nos debemos exigir, nosotros, ser muy agudos en las preguntas y en la
búsqueda de respuestas a nuestras preguntas. Y quiero referirme
a algo que me ocurrió la semana pasada en la principal universidad
de Chile, en donde se nos convocó a bastantes personas en torno
a la pregunta ¿qué es ser aymara hoy?. En Chile hay como
30.000 aymaras más o menos y había representantes de este
pueblo que están en la ciudad de Santiago, Iquique, y en otros
lugares. A medida que iba desarrollándose la conversación
me di cuenta, una vez más, como me ha pasado en estos momentos,
que los que nos autollamamos profesionales y expertos, somos a veces
muy torpes para hacer preguntas, y esta pregunta ¿qué
es ser aymara hoy?, a mi parecer, es una pregunta torpe e inadecuada.
Los aymaras presentes en esta reunión comenzaron hablando de
anata (carnaval), la mayoría de ellos no hicieron caso a la pregunta
y varios de los intelectuales presentes se preocuparon y dijeron: pero
¡¿qué pasa?! ¡este diálogo no camina!
Creo que es muy importante las voces de los fluidos centenarios, de
ustedes, de tantos más; pero, me parece muy importante también
que quienes hacemos un esfuerzo de acompañar estas voces, escucharlas
y unirlas con nuestras propias ideas y sugerencias, afinemos y tengamos
muchísimo cuidado de qué preguntamos y qué respuestas
buscamos.
Una segunda cosa es, y que lo decía Narciso de la obra de Domingo
Llanque. Domingo ha sido un apasionado por entender lo moderno desde
su condición, desde su ser aymara, pero al barajar temáticas
contemporáneas y de globalización, él siempre nos
ha dado direcciones inmensas, que agradecemos los que estamos acá,
de que lo que interesa realmente es lo que muchas veces se ha llamado
la utopía. Él, en alguno de sus textos, nos dice "la
utopía andina nos orienta al señor Pachacuti por el cual
la sociedad andina nuevamente tomará el control de su destino
y se hará protagonista de su historia, ciertamente que esa nueva
sociedad ya no será tradicional ni será copia y calco
de las sociedades del sistema económico neoliberal, será
una nueva sociedad andina". A mi modesto parecer, el modo de encarar
la modernidad no es a través de lamentación, de lo mal
que se ha globalizado el mundo de hoy, sino es a través de propuestas
alternativas y luchas en conjunto. Y Domingo Llanque y tantos otros,
maestros y maestras (algunos están aquí presentes), nos
exigen mirar con ojos utópicos, con un corazón ardiente,
a sociedades nuevas, a mundos nuevos, que ya se están forjando
poco a poco desde lo pequeño, desde lo más chiquito. Quiero
invitar a que los que estamos acá reunidos, conversemos en torno
a cómo los pueblos originarios están reconstruyendo la
modernidad y están redirigiéndola hacia lo humano, que
es realmente lo que vale la pena y que en esto sigamos siendo, en el
buen sentido de la palabra, utópicos, militantes utópicos,
que como hormigas construímos nuevas sociedades.
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EL DEBATE:
Por lo extenso del debate, se ha seleccionado intervenciones que planteaban
enfoques singulares.
1. Planteo el punto de Modernidad versus Secularización y como
ésta, llega también a nuestros lugares más originarios
y más autóctonos.
2. La secularización también está entrando en nuestro
ambiente andino con mucha fuerza, tengo la impresión inclusive
que es el mundo andino, en el Perú por lo menos, el más
apto a captar y a dinamizar esta secularización. La cultura andina
no sólo tiene capacidades solidarias que son evidentes y que
siempre se han recalcado, también tiene una capacidad de lucha,
un afán de triunfo y una capacidad de competitividad que hace
que el andino sea quizás el más apto en el Perú
a la modernidad. El espíritu neoliberal no es totalmente externo
a la cultura andina; en la cultura andina hay muchos elementos que como
que pueden despertar ante la propuesta neo liberal. P.e. pienso en la
laboriosidad andina, en la frugalidad andina, que según Weber,
son el alma, el secreto, la clave del éxito capitalista de Alemania
y de los protestantes. Esta laboriosidad y esta frugalidad andinas son
elementos que lo lanzan a una modernidad sumamente competitiva. Creo
que el ayni también, más que lugar de solidaridad es lugar
de seguridad en la competición, creo que la cultura andina tiene
capacidades para este salto a la secularidad; pero justamente cuando
decimos aquí que sólo los andinos podrán buscar
y construir una modernidad adaptada, es justo porque el mundo andino
es un mundo también profundamente espiritual, con una capacidad
de comprender, de lanzarse a la lucha del neocapitalismo, del neoliberalismo,
pero con su propia espiritualidad que sólo un andino puede disfrutar.
Si perdemos, si el drama de la agresividad neo liberal hace perder a
la cultura esa fibra espiritual, entonces podemos llegar a cosas sumamente
crueles en el mundo andino, también si perdemos esa fibra de
compasión andina, esa capacidad de misericordia que está
en la cultura andina. Simplemente quiero decir que el capitalismo tiene
en el alma andina como un eco, muy rico y muy interesante; en estos
momentos quienes manejan la dinámica de la transformación
neoliberal en el país son andinos.
3. Soy demógrafo. Quisiera ver la interrelación de aymaras
como cultura, como población. Tengo entendido que ellos hacen
una población de 3 millones de habitantes de Perú, Bolivia
y Chile. La población en si representa el mundo dinámico
por el cual se puede confluir a algo más grande desde el punto
de vista de una nación, de una nacionalidad. Este pueblo aymara
está en tres países distintos y conforman una sola nación.
Cuando p.e. Canadá, ahora hace poco a integrado a la nación
india, tiene tres naciones y hay una situación muy dinámica
como país. Si entiendo esta cosa de modernidad, tendríamos
una ventaja también si entendemos que la globalización
tiene que ser de abajo hacia arriba. Desde la concepción del
capital, del dinero, la globalización es un proceso de arriba
hacia abajo. Por qué no construimos una nación en tres
países distintos, contrario a lo que fue el desarrollo de Canadá.
Es una forma de mantener a un grupo de 3 millones de habitantes que
tienen derechos, que su pobreza está precisamente en su división
y que tendrían un potencial mucho más grande como una
sola nación.
4. Hay que entender las diferencias, p.e. en mi estudio sobre el matrimonio
en el mundo andino encontré que es una celebración comunitaria,
que involucra a todos y recordé las bodas de Canaan en donde
Jesús tiene que invitar vino, no sólo a los contrayentes
sino a toda la comunidad. En el mundo occidental, el matrimonio es una
cosa más privada, más familiar. La modernidad tiene que
ser para nosotros una sociedad y también una solución.
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5. Cuando uno habla de utopía significa estar pensando en el
futuro, en este caso de utopía realizable, pero también
como nueva racionalidad realizada. Entonces tenemos que volver en el
tiempo hacia la época de la ilustración, que nos da una
manera de pensar acerca de lo que es una racionalidad occidental que
luego se expresa en los principios de la revolución francesa,
¿cómo es que nosotros desde el mundo andino pensamos que
vamos a construir una racionalidad en base a los principios de la ilustración
de la revolución francesa si no nos ajustamos a ese mundo?.
Entonces nuestra utopia tiene que ser construir una nueva racionalidad
distinta, que tenga sus raíces en este mundo nuevo. Japón
ha construido su racionalidad también sobre la base de su propia
cultura, igual los países asiáticos. Creo que Estados
Unidos también, entonces por qué pensar que desde el mundo
andino no se pueda construir una nueva racionalidad que signifique entonces
repensar las formas cómo debe construirse la nacionalidad, la
identidad, como principio de distinción, de construir la diferencia
de lo que somos ahora y luego pensar que esos principios de ciudadanía,
de democracia deben ser redefinidos como nueva racionalidad, de construcción
de sociedad, de país y de futuro.
Entonces, el concepto de utopía como una cuestión petrificada
ya no funciona, tenemos que también reconstruir el mismo concepto
de utopía desde nuestra propia realidad y eso nos permitirá
repensar también como es que queremos dejar de ser una expresión
un poco andinógena, porque eso me parece que está haciendo
un poco de daño; ya no debemos de ser sólo andinógenos
en el sentido de mirar hacia pasado, el andino que mira hacia el pasado,
que tiene una postura pasadista, me parece que puede petrificar el sentido
de lo que significa la construcción utópica desde la perspectiva
del cambio; el andino está ubicado en esa perspectiva de cambio,
que lo puede construir de mejor manera pensando desde su propia racionalidad.
6. Me interesa rescatar el tema del mestizaje. No hace mucho tiempo
volvía a leer el libro de Max Hernández, en busca del
bien perdido creo, y allí habla de la fundación del Perú
como un hecho sexual violento, que da origen a un mestizaje. Eso vive
en la experiencia de todos nosotros que somos latinoamericanos. Esto
quería relacionarlo con el texto de Diego "no seremos lo
de antes, tampoco lo de ahora, una nación nueva". Me parece
que los procesos de mestizaje vividos positivamente, quizás como
la posibilidad de crear algo nuevo, logra barnizar el drama de los desencuentros;
el gran desafío es realmente crear algo nuevo que me suena como
a "la humanidad nueva"; siempre los humanos vamos a ir detrás
de una utopía a partir del material concreto que se nos ofrece
en el presente, pero quizás si se hace desde el amor, desde las
diferencias, desde las dinámicas de sus costumbres, tal vez el
futuro sería también diferente.
7. Hay muchos temas por relacionar a partir de lo que la gente ha expuesto
anteriormente en cada comentario y que nos permite ver mejor lo que
entendemos por mundo andino, lo que entendemos por mundo aymara y las
perspectivas que tienen. Alguien habló de la construcción
de la nación aymara dentro de la perspectiva utópica que
se ha mencionado, pero nosotros también tenemos que ver que eso
estaría por verse, pero veamos los mecanismos políticos,
económicos, ideológicos que entrarían en juego.
Se ha mencionado también los mecanismos de desestructuración
del pueblo aymara, p.e. las nuevas religiones. También a las
ideas de modernidad que se manejan, que muchas veces modernidad es lo
que tenemos que imitar de Europa, u otros países; sin embargo,
las ideas que se introducen con las nuevas iglesias van en contra de
esa nueva modernidad en la que se está pensando como utopía
empleando nuestra propia racionalidad. El problema es quién lo
va hacer, cómo lo podemos hacer, simplemente quedar aquí
en palabras, en los buenos deseos que tenemos para los pueblos andinos,
los pueblos originales, o es que nosotros tenemos esa capacidad para
poder contribuir en hacerla realidad.
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8. Interesante este aporte porque justamente introduce un elemento
nuevo que es la conflictividad. Creo que hay un discurso indigenista,
que me parece un poco perverso, de presentar lo andino como una armonía
hecha, como si la armonía fuera el punto de partida de lo andino
y estoy cada vez más convencido de que la cultura andina es una
cultura que resuelve conflictos, no una cultura armoniosa en sí,
es una cultura sumamente conflictiva pero que tiene en sus recursos
capacidad de resolverlos, capacidad de negociación, capacidad
de recreación, capacidad de reconciliación. Creo que justamente
la situación actual sumamente conflictiva no es nueva, hace quinientos
años por lo menos que están en conflicto, y si trabajamos
la hipótesis de que el incanato también fue una violación,
para los aymaras por lo menos, hace muchísimo tiempo que esa
situación conflictiva la están viviendo y hay una serie
de mecanismos, diría catárticos en la cultura, como es
el alcohol y una serie de otras cosas, que son maneras de resolver la
conflictividad sin perder la identidad. Entonces, cuando decía
que el andino es el más apto en este momento a enfrentarse, es
porque tiene una capacidad de gestión de los conflictos impresionante.
Me impresiona siempre la cantidad de conflictos que hay en el Perú,
pero me impresiona aún más el arte de gestionarlos desde
el ande, esa capacidad de crear soluciones a conflictos sin solución,
que vienen de la mezcla de ingredientes de cada una de las culturas
que intervienen. Estoy de acuerdo que hay una serie de amenazas, de
dramas, de riesgos muy grandes en eso de juntar por ejemplo a los aymaras
de los tres países; pero como decía anteriormente, si
se pierde la compasión esta sociedad se va a volver la más
cruel de todas; pero sin embargo, quizás justamente la fuerza
del ande es su capacidad de gestionar conflictos y en esta situación
del sistema dominante, me atrevería a rescatar una teoría
de no recuerdo qué sociólogo de Kenia, que ha escrito
un libro en los años 50 o 60, que llamaba "la pobreza: riqueza
de los pueblos" en donde decía que la suerte de los pobres
es su pobreza, creo que p.e. el altiplano no interesa al sistema, es
demasiado complicado sacar plata en el altiplano; esa es la suerte de
los andinos pues ellos podrán hacer lo suyo a su manera, quizás
utópico u optimista pero creo en la capacidad de esta cultura
históricamente de gestionar conflictos sin morir.
9. Una pregunta por la que me animé a hablar es dónde
están los aymaras hoy día y creo que la juntaría
con el tema de la esperanza. Sobre este problema de globalización,
quizás no entienden su efecto, pero si nos ponemos en su modus
vivendi, sí lo entienden y uno de sus elementos es la competencia,
ellos están permanentemente viviendo en la competencia y uno
de los pilares fundamentales de la globalización es la competencia;
ellos saben que si no compiten, que si no se preparan cada vez, las
posibilidades de vida serán más difíciles. Por
eso es que tenemos muchos ejemplos de que esa gente, los aymaras, es
la que está moviendo la economía del país, Gamarra
es un claro ejemplo, Tacna es otro ejemplo, en todo el sur peruano tenemos
a los aymaras moviendo la economía. He trabajado también
en zona quechua pero el mundo aymara es quizás más perceptible
a los retos y más perceptible a trabajar en competencia.
10. Quisiera lanzar la reflexión sobre las utopías en
el sentido de construir nacionalidades. Creo que los aymaras tienen
varios caminos, varias utopías, a las que no encuentro respuestas
sino más preguntas. Una p.e. es que ahora que se habla de democracia,
de gobernabilidad, están en proceso los presupuestos participativos,
el consejo de coordinación local que lo han llamado mesas de
concertación, la variable cultural desde la perspectiva intercultural
no señala p.e. que en aymara democracia sería distinto,
la política también sería distinto, entonces cómo
incorporar esas variables para un análisis intercultural en aspecto
de la democracia intercultural desde esa visión de los pueblos
originarios.
Recuerdo la propuesta, en esta sala, de hacer otro tipo de racionalidad,
otro tipo de lógica desde la visión de los pueblos originarios
y el caso es p.e. que esta racionalidad de los pueblos originarios es
muy distinta, allí está la espiritualidad, está
las instituciones ancestrales, está lo del derecho indígena,
sin embargo en los diferentes espacios oficiales donde se resuelven
los conflictos el punto de vista indígena no es muy discutido,
un tema poco trabajado hoy en día es hacer la interculturalidad
desde las lógicas de los pueblos originarios para poder confrontar
las mismas acciones de otro tipo de racionalidad: desde la racionalidad
occidental y desde la de los pueblos originarios. A este tipo de cuestiones
es a las que encuentro más interrogantes y pocas respuestas.
11. Llamaba la atención que el tema de la interculturalidad
no haya sido tratado hasta antes de la intervención anterior.
Pues si nosotros militamos en el tratamiento intercultural en nuestra
cotidianidad podremos resolver nuestros conflictos.
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