Jesús Rafael Vallenas Gaona (Puno, 1968); compartió el texto de un relato suyo:
 
LA VIDA INTERMINABLE DE FRACISCO JAVIER EN PUNO, EL PERJURIO AL AMOR Y LAS SOMBRAS DEL TIEMPO


Por una tarde de lluvia en 1984 que hizo mis
noches eternas y ansiosas desde entonces.  

 

     A la medianoche, cualquier viernes del 2003, salía Francisco Xavier por la Calle Lima, habría sus alas de ensueño sobre las sombras de la calle. Era su primer paseo, la ultima cena y el primer amor confundido en la insondable tristeza de las calles vacías. Su cabeza transmutada en una ensalada de inquietudes y desvelo se volvió el punto de partida de un largo e inconmensurable diálogo de todos sus egos. Pues, los egos transitan en la vida de una persona común, a punto de desvanecerse en la multitud de la idea global.
     ¿Quedar expuesto a la multitud? Es ese inefable fin de la individualidad. De mis travesuras de niño, de mis osadías de joven, de mis perversiones adultas, de mis tonterías de viejo. Es la multitud el Juez de cada mañana al salir el sol cubriendo de luz cada lugar oscuro de nuestro ser. ¿No tendremos derecho a ser oscuros, anónimos, libres e indeseables por un solo canto de cisne a media noche...si a medianoche.
RECUERDO 1: ¡Eres un niño despreciable! - grito la madrastra - Era un niño despreciable, solo si se veía como rompió las ventanas de la casa...una a una...sin piedad ni olvido, como el salpicado del agua en una pequeña caída de agua a las tres de la mañana en un paraje de Ojerani (a minutos en carro desde la ciudad de Puno). NO obstante, había una justificación en cada piedra lanzada: era la primera vez que vió a su padre desgarrándose de amor con la madrastra...esa imagen había roto su inocencia y ahora solo quería transitar por la vida de joven sin mayores preocupaciones, porque había descubierto en su existencia estaba condenada a ser subyugador y un sucio consumidor de placer.
     ¿Ser una sombra...una sombra mas? Puedo sentirme tan invisible tras los pasos sobre la Calle Lima, ser indiferente para los jóvenes y viejos apiñados juntos las bancas y los postes, (inclusive como en 1920 desde el Puente de la calle Puno de donde cuando niño empezaba la caminata hasta el puente de lo que ahora llaman Pasaje Grau, si ese puentecillo me invitaba a volver la mirada atrás, entre las casas de abobe, que siempre mostraban imponente la catedral hacia el sur), como desde hace muchas decadas en las noches de puno me corresponde ser lo opuesto al pretexto de consumir un trago barato antes de cruzar la Calle Lima, ser una salvación a todos aquellos que no quieren ser, que no buscan el mordaz asombro de estar miserablemente condenados a desperdiciarnos por una sola visión de hacer lo que tenemos que hacer y luego morir porque tenemos que morir. No quiero ser parte de este espectáculo triste, quiero ser una sombra, una lluvia, una imagen que desdibuja y que pronto se engríe en el tiempo como permanente símbolo de haber estado aquí sigilosamente.
     RECUERDO 2: ¡siempre te amaré! - Gritó Francisco Xavier - . Por que no gritar cuando la amable Carolina le había dejado su primer recuerdo de amor, su primer beso y sus llagas, pero el tiempo corría despacio y tuvo que dejar que se vaya en el tren de las 19:15 en la estación llena de estudiantes que en 1935 iban a iniciar sus estudios al Cuzco. El colegio se había convertido del bodrio natural de un estudiante...en un castillo encantado donde la principesa de sus sueños quería darle una oportunidad de olvidar que algún día fue despreciable.
     ¿Ser sujeto de olvido y añoranza? Ese es el destino que nos guarda el tiempo, dejar que nuestros años se desdibujen en el papel de la vida y las líneas se conviertan en trazos amargos que sucumben de color hasta el gris de nuestros cabellos, hasta la ligera tonada de decadencia que cubre el nuevo siglo, hasta saber que el olvido es la una realidad frente la ligereza de los tiempo de amor ¿Quizás la vida es un largo trajín de penas y el amor un sueño breve? La verdad es que el amor es una droga incontrolablemente adictiva que nos hace olvidar de la existencia, del si y de la afirmación personal, nos ciega a tener todo lo que se podemos aspirar, luego aspiramos solamente al amor, mas nunca lo tenemos para siempre, nunca el amor se mece en nuestro corazón dormido como un cuento de hadas donde cien años bastan para recuperar conciencia y seguir creyendo en el amor. ¡No! El tiempo esta tejido de olvido y añoranza. El tiempo esta muerto en los libros de quienes no saben leer y los pocos que descubren la caligrafía del tiempo tiemblan para escribir la palabra amor.
     RECUERDO TRES: ¡Ahora, tu alma es mía! -Dijo el Pako - Era verdad, ahora había vendió su ansias de morir por la inmortalidad, en una inconfesable ritualidad de coca, fuego, nombres de santos y apus así como la persecución de la mirada roja y malvada del Pako, ese sacerdote que dejó la adivinación y la engañifa de inocentes para transferir su poder a otro incauto buscador de inmortalidad. Francisco Xavier había recibido la opción de no morir en un rito de sangre y la perjuria al amor, había decido ser inmortal y gozar el placer de ser esclavo del tiempo.
     Desde que aquel Pako se llevo mi lama, solo puedo sentir el tiempo, respirar tiempo, ahora se que en mil años Puno, será una triste caída de luz en el ocaso de la historia y que no es necesario perder el alma o la muerte para adquirir la sabiduría de seguir tratando de ser humano en un mundo inhumano y mortal. Al fin ser un hombre global, universal, me dado el sentido de cuanto quiero ser un NN en las tumbas de la historia, no...ya no, ya no mas tormentos de sólido tiempo de hombres. Ya se que estoy condenado a las tonterías de viejo, y hoy...solo hoy, no quiero probar de la sabiduría del tiempo.

Puno, mayo del 2003